En la pagina del ISC, en la parte dedicada a la Orquesta Juvenil de Sonora (Ojuson), se hace énfasis en que está simboliza el progreso musical y cultural de nuestra entidad. Desafortunadamente, si esto fuera cierto en estos momentos tendríamos que reconocer que el desarrollo cultural y la formación de jóvenes músicos sonorenses no tiene rumbo.
La Ojuson, que en su periodo fundacional entre 1990 y 2003 fue la cantera de donde salieron varios de los actuales integrantes de la Orquesta Filarmónica de Sonora (OFS), en estos momentos ha perdido parte de esta vocación de semillero. Esto se debe principalmente a que se eliminó el presupuesto para los sueldos de los maestros, dejando sin clases a los jóvenes músicos de la Ojuson.
La dirección de la orquesta juvenil que en otros momentos estuvo bajo la batuta de músicos como Héctor Reyes Bonilla, Gastón Serrano, Óscar Mayoral y Carina Robles, hoy se encuentra sin timonel, presupuesto para nuevos instrumentos y sin coordinación con la OFS. Al inició de esta administración se nombró a la maestra Cecilia Payan directora de la Ojuson y coordinadora de música del ISC, pero a las semanas fue despedida por la directora del instituto de cultura sin mucha explicación y sin importarle la incertidumbre que esta decisión le comenzaría a dar a la orquesta.
Los despidos de músicos esta administración ha afectado tanto a la Filarmónica como a la Banda de Música del Estado. De tener una plantilla de casi 50 músicos en la filarmónica y 60 en la banda, hoy cada una de estas solamente tiene 30.
La situación es tan crítica que el pasado miércoles en la conferencia “Fandango. Concierto para orquesta y violín” que impartió el ilustre compositor sonorense, Arturo Márquez, en el Teatro de la Ciudad de la Casa de la Cultura, Judith Armenta, ex subdirectora del ISC en la actual administración, comentó públicamente sobre las carencias que tiene la Ojuson, haciendo énfasis en la falta de instrumentos, director y de presupuesto para pagarle a los maestros que son encargados de la formación y profesionalización de los futuros músicos.
La directora del ISC respondió a los comentarios de su exsubdirectora como si fuera un tema personal, sin reflexionar que es también algo que ya preocupa a gran parte de la comunidad cultural que aprecia el desarrollo de la Ojuson y la OFS.
El desencuentro que no solamente presenció el maestro Márquez, también fue frente al Secretario de Educación y Cultura, el Dr. Aarón Grageda Bustamante, quien podría ser aliado para poner fin a las carencias que aquejan a los músicos y la cultura en la entidad. Desafortunadamente la directora no tuvo la visión para aprovechar el momento y comprometer al Secretario en la búsqueda de más presupuesto. Solamente se justificó hablando de una realidad que es muy distante a la que observan muchos miembros de la comunidad cultural. Mientras la directora del ISC siga viendo como ataques personales a las críticas que se hacen a su gestión, sea de fuego amigo como en el caso de Judith Armenta o de otras personas, jamás podrá ver las áreas de oportunidad para responder mejor a las necesidades de la comunidad cultural.