El pasado jueves 30 de abril, Mariel regresaba a su casa después del trabajo. Cuando sintió que un sujeto la seguía, intentó detener su marcha para que la persona se fuera; la joven volteó a verlo y se percató que se tocaba sus partes íntimas mientras la observaba, Mariel corrió para ponerse a salvo.
“Pensé que me iba a asaltar, me di cuenta que algo andaba mal, volteé a verlo y simplemente me sonrió, seguía insistente. Cada vez se acercaba más a mi, me dio miedo, me paré en seco para que me pasara, me pasó y me di cuenta que se estaba masturbando”, narró Mariel
La joven recordó que quedó en shock, sin moverse. Cuando vio que el sujeto se regresó y nuevamente caminó hacia ella, y lo que más le preocupó fue que las calles se encontraban solas.
Optó por apresurar el paso para llegar hasta su casa, pensó que no volvería a ver a esa persona. En ese momento Mariel no llamó al 911 para pedir ayuda.
Fue 12 días después que la joven nuevamente regresó a una zona cercana al cruce del bulevar Diego Rivera y Paseo de las Lomas en el sector conocido como Lomas del Sur, fue entonces que lo vio por segunda ocasión, y sin pensarlo, Mariel marcó la línea de emergencia 9-1-1.
“Para ver si podían hacer algo, por qué me había pasado eso, si se podía hacer algo legalmente, me comienzan a preguntar que si me tocó, que si me dijo algo, le comentó que no, pero que me seguía, que se masturbaba”, comentó la joven.
Le dicen que no es una emergencia
De acuerdo a lo relatado por Mariel a Proyecto Puente, en esa llamada telefónica, la operadora del 9-1-1 le dijo que no se trataba de una emergencia, y que el día del acoso debió reportarlo, de tal forma que ya no procedía. La joven insistió en que tenía a la vista al agresor, y que se encontraba al exterior de una tienda de conveniencia, que incluso lo vio entrar y salir del establecimiento varías veces.
Mariel aseguró que para evitar a esta persona, después de haber realizado sus compras en esa tienda, se dirigió a su casa y tomó otra ruta para evitarlo, pero se lo volvió a encontrar.
“Me fui por otro camino, y me encuentra, otro camino por donde pensé que no me iba a ver, a reconocer, veo que viene hacia mi de nuevo, otra vez el miedo, veo que se empieza a bajar otra vez los pantalones, en ese momento llamo al 9-1-1, me dicen que si estaba en algún lugar, me regrese a una purificadora , a resguardarme, a ocultarme”, recordó Mariel
El operador del 9-1-1 le pregunta si está bien, y si requiere de la presencia de una unidad de la policía, a lo que la joven responde que si.
La policía llega entre 15 y 20 minutos después
Mariel, víctima de acoso sexual, denuncia que la autoridad de Seguridad Pública, atendió su reporte entre 15 y 20 minutos después, y que los policías le comentaron que no se podían llevar al presunto delincuente por padecer de sus facultades mentales.
“Van a buscarlo a la tienda, y me dicen que si es esa persona y les digo que si, fueron por el, porque estaba adentro de la tienda, hablo con un policía, y me dice que con sus palabras textuales; muchacha, está loquito.
Eso me hizo entender a mi que esa era la justificación de porqué hizo lo que hizo”, lamentó la joven
La policía atada de manos
Mariel asegura que los policías le confesaron que no podrían asegurarle nada, pues en estos casos, al presentar al presunto delincuente ante el Juez Calificador, éste, al valorar la salud mental del sujeto, lo enviaría a un centro de salud mental, pero al no contar con un familiar que firme y se haga responsable del ingreso, no los reciben.
La joven, no desistió aquí, contactó a representantes de la cadena comercial oxxo, de dónde presuntamente empleadas defendieron al sospechoso argumentando que padece de sus facultades mentales.
Posteriormente se dirigió a la Fiscalía General de Justicia donde interpuso una denuncia ante el agente del Ministerio Público.
Proyecto Puente contactó a Francisco Javier Orduño, asesor de tiendas oxxo en esa zona, quien dijo que no podía dar entrevista, solo el departamento de comunicación social y de legal, podrían emitir una opinión al respeto, pero reconoció tener conocimiento del hecho, pero sin los detalles, y que están en la mejor disposición de facilitar las imágenes de video por las cámaras de seguridad a las autoridades competentes que así lo requieran.
Las empleadas en turno tampoco quisieron dar su versión de los hechos.
Mariel Morales López, de 25 años de edad, hasta hace unos días se desempeñaba como enfermera, formaba parte de la cuadrilla del Plan DN-3E instalado en el hospital militar, Batallón 24 en la unidad operativa de terapia intensiva. A consecuencia de este incidente, Mariel decidió ya no salir de su casa, y con el paso de lo días, fue dada de baja en su trabajo, le solicitaron su renuncia al ausentarse esos días.
Luego de platicar con algunas personas que transitan por esa zona se tuvo conocimiento de el hombre mencionado padece de sus facultades mentales y que la persona que se hacía cargo de él murió hace poco tiempo.
No debería de pasar esto que las autoridades no hagan nada, por eso es que pasan cosas mayores como violaciones.
Que mal está, que este fulano siga en la vía pública que dios guarde quiera atentar contra un menor de edad o los traume por hacer eso.