Hermosillo, Sonora.- A menos de siete días de su instalación en la Plaza Hidalgo, la escultura de “El Paletero”, fue dañada: la mano del “Chejuan” fue cortada para retirar la paleta de hielo y dos de sus dedos, además, presenta rayones rojos en el rostro y raspones en una de sus orejas.
La obra inspirada en el popular vendedor de paletas hermosillense y que forma parte de las siete piezas que conforman la “Ruta escultórica de la identidad”, en Hermosillo, fue vandalizada durante la madrugada de este domingo.
Diana Reyes, directora del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMCA), dijo que este es uno de los riesgos de que la escultura esté al alcance del público, sobre el andador, sin embargo, será restaurada en los próximos días y su autor, Jorge Esteban Moreno, buscará la forma de afianzar y hacer más resistente la nueva paleta que le instalará.
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“Hay que reforzar el mensaje de su cuidado y de entender que son para el disfrute de todos en la ciudad”, dijo Reyes, “la gente siempre cuida lo que es de su propiedad y con lo que se siente identificado. En el Consejo Consultivo comentamos todos los riesgos que implica este tipo de trabajos con los que se busca que la gente interactúe, pero aún con los riesgos todos coincidimos que es un proyecto importante para la ciudad, en lo cultural y lo turístico, principalmente”.
Estas esculturas están hechas de fibra de vidrio y resina en su interior, cubiertas con una ligera capa de polvo de bronce, por ello, las partes que pudieran ser retiradas y robadas no son útiles para su venta.
Esta no es la primera vez que ocurren actos de este tipo pues, en 2017, la escultura del poeta Abigael Bohórquez, creada por el artista Oscar Cedillo, fue dañada en varias ocasiones, cuando le retiraron sus gafas, lápiz, libreta y los dedos de su mano izquierda.
La “Ruta escultórica de la identidad” es un recorrido que inicia en la Plaza Zaragoza y avanza sobre el andador del Bulevar Hidalgo. Incluye siete diferentes esculturas tamaño real y a nivel del espectador, que van desde “El Paletero”, hasta “El hombre y la mujer comcaac” y el “Vendedor de Pitayas”, entre otras, con lo que se busca narrar la cotidianidad de Hermosillo y su gente.
Daniel Leyva, taxista, oriundo de Villa de Seris y quien cuenta que convivió con Chejuan cuando era niño, dijo que le parece lamentable el daño ocasionado.
“Yo le compraba paletas y le ayudaba a ‘apuchar’ el carrito, junto con él”, contó, “era popular porque cumplió con una manda, el señor… yo recuerdo que él no tenía necesidad de andar de paletero, pero era una manda que él cumplió en el calor, con las paletas, y en el frío vendía naranjas con chile y dulces, era mi gran amigo, él era rico, tenía su rancho y no tenía necesidad de andar de paletero”.
Ernesto Gutiérrez, un paletero con más de siete años trabajando en este oficio en Hermosillo, se acercó a la escultura para chocar su puño con el de Chejuan, también su viejo amigo.
“Yo lo vi con la paleta en la mano y después me sorprendí porque ya no la tenía, dije yo ¿por qué? Sí me enojé, me siento un poquito mal porque somos parte del arte y la historia”, afirmó, “envidia será, amargura de la gente que no les gusta tener nada bueno en la vida, porque no les estorba… a él parece que lo estás viendo vivo y que aquí anda”.