Las diferentes corrientes y teorías involucradas en los saberes nos ha llevado a una domesticación perfecta sobre la materia y hay que celebrarlo, porque gracias a ello hemos podido avanzar y a pesar de los pesares dirían algunos, aquí seguimos.
La psicología existía en aquellos inicios mas como el estudio del alma, pero no existía como ciencia y lo que le dio el carácter de ciencia fue la psicología experimental, hasta 1879 cuando se funda en Leipzig Alemania el primer laboratorio por Wilhem Wundt.
A partir de ahí, se centra una parte a través del método experimental a estudiar la experiencia inmediata y observable, enfocándose en observar la conducta y todo lo que con lleva, tal vez alejándonos del resto de posibilidades que tenemos como seres humanos.
Ya que todo este avance hasta el momento, no nos ha servido para rescatar lo que somos, no nos ha servido para manifestarnos desde y como lo que verdaderamente somos.
En el libro de “Animales a Dioses” se considera que la humanidad hoy se ha convertido en “el amo” del planeta, pero en el terror del ecosistema y termina diciendo: ¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?
Hemos avanzado en la producción de alimentos, construido grandes ciudades, establecido imperios y creado extensas redes comerciales; pero no hemos reducido la cantidad de sufrimiento al mundo, no hemos mejorado el bienestar individual, sino por el contrario, les hemos generado desgracia a otros.
Somos mas poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de que hacer con todo ese poder.
Creo que es momento de entrarle y reconocer hasta donde la psicología ha sido cómplice, ya que mucho tiempo se ha centrado en utilizar el modelo de la enfermedad, en hacer a las personas infelices, menos infelices, en hacer algo por reparar los daños existentes.
Replicando el entrenamiento estudiado en animales en las cajas de Skinner, donde ante un estímulo determinado se les proporciona un reforzador al realizar la conducta esperada, mismo que aun cuando se han transformando las formas, se sigue utilizando en la domesticación humana.
¿Qué estamos viendo hoy? ¿Cómo estamos viviendo hoy como resultado de ese entrenamiento? y no es porque sea malo, sino mas bien ¿será que le falta complementarlo?, o no ha sido lo suficientemente bueno diría Martín Seligman (impulsor de la Psicología Positiva).
Nos hemos preparado para atender las patologías, pero no para mejorar las vidas “normales”, nos hemos olvidado hacer más feliz a quien es feliz, más pleno y satisfecho a quien se siente en pleno y satisfecho, a veces pareciera que no sabemos que hacer con quien no tiene problemas y hasta le queremos generar alguno.
Nos han enseñado así en conjunto los “haceres” y los “deberes” mismo que llegan en su mayoría solo a la persona y no al desencadenamiento del ser humano o en la humanización de la persona.
Estamos frente al umbral, demos el paso, “ya somos grandiosos, asumámonos como tal”