Al pensar en terapia asistida con mascotas se nos viene a la mente el uso de animales como Delfines o caballos, la realidad es que estudios en todo el mundo comprueban que estar en contacto con animales si bien mejora la salud de las personas: reduce niveles de estrés, facilita la liberación de dopamina -sustancia que es la causante de las sensaciones placenteras y la sensación de relajación- no es exclusiva de estos bellos animales y más allá de promover la utilización de estos mamíferos, se busca evitar que se continúe el empleo y su explotación.
Paradójicamente, los animales que son utilizados con fines de terapia son en la mayoría de los casos, víctimas de abusos y malos tratos por parte de sus manejadores y debido a los espacios en los que viven.
No está comprobado que particularmente sean los delfines o caballos las especies que sane a quienes la tomen, es el contacto, la convivencia, la relación en sí, del humano con el animal, lo que hará prosperar la salud y no la especie del animal.
En cambio, detrás del los delfines utilizados en acuarios o delfinarios se esconde un mundo que involucra negocios millonario que representan cuantiosas sumas de dinero para los propietarios y arrendadores de esta especie (en algunos delfinarios, se “renta” a los delfines, como el caso de Sonora)
Los animales por sí mismos nos dan cariño, compañía, recompensas, seguridad, refuerzan nuestra salud, sin importar especie; claro, no confundir, no todas las especies animales pueden ser dóciles con las personas además de otras características como tamaño, complexión y comportamiento, y no se recomendaría mantener contacto directo o como animales de compañía.
Esto no significa privar a las personas necesitadas de terapia, es señalarles la otra opción que son los animales de compañía, que son igual o más eficientes en vez de recurrir a costosos centros de cautiverio animal.