La bolsa de papel —de un tono rosa estridente— apareció en el suelo, en un espacio abierto al público de la biblioteca de la Universidad de Cambridge.
Dentro, estaban los dos cuadernos del naturalista británico Charles Darwin desaparecidos hace 22 años, con un sobre marrón que contenía una nota escueta.
“Bibliotecaria Felices Pascuas X”, decía el texto, que acompañaba a los cuadernos envueltos en papel transparente y guardados dentro de una caja.
“Me siento muy feliz. Están a salvo, en buenas condiciones, están en casa”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja la bibliotecaria, Jessica Gardner, cuando se enteró del hallazgo.
Pero quién regresó el 9 de marzo -y quién robó- estos manuscritos valuados en millones de dólares es algo que para la policía británica, que dio a conocer la noticia esta semana, continúa siendo un misterio.
Los cuadernos fueron escritos a fines de la década de 1830, cuando Darwin regresó de las Islas Galápagos, un archipiélago volcánico en el océano Pacífico, a unos 1.000 km de la costa de Ecuador.
En una de sus páginas el científico dibujó un bosquejo de un árbol, que lo ayudó a crear su teoría de la evolución, y más de 20 años después se convertiría en una teoría central de su innovador trabajo “Sobre el origen de las especies”.
“La teoría de la selección natural y la evolución es probablemente la teoría más importante en las ciencias de la vida y el medioambiente la Tierra, y estos son los cuadernos en los que se compuso esa teoría”, explica Jim Secord, profesor emérito de historia y filosofía de la ciencia de la Universidad de Cambridge.
“Estos son algunos de los documentos más notables de toda la historia de la ciencia“, agrega.
Perdidos en un laberinto
La última vez que estos manuscritos fueron vistos fue en noviembre de 2000, después que se los sacara de su sitio para ser fotografiados en respuesta a una “solicitud interna”.
Y no fue sino hasta una revisión de rutina dos meses más tarde que el personal de la biblioteca descubrió que no estaban por ninguna parte.
Inicialmente pensaron que habían sido guardados en el lugar equivocado, algo que es posible en esta inmensa biblioteca que contiene más de 10 millones de libros, mapas y manuscritos distribuidos a lo largo de 200 km de estantes.
Pero después de una infructuosa búsqueda que se prolongó por años y ante la falta de pistas, Gardner llegó a la conclusión de que habían sido robados.
En 2020 se puso en contacto con la policía e informó a la Interpol.
Secord fue uno de los varios académicos y expertos que examinaron los textos y confirmaron que eran auténticos.
“Darwin usa diferentes tipos de tinta en los cuadernos. Por ejemplo, en la famosa página del árbol de la vida, hay tanto una tinta marrón como una gris. Ese tipo de cambios son bastante difíciles de falsificar de manera convincente”, le explica a la BBC.
Gardner añade que todas las páginas que deberían estar, “están allí”.
¿Dónde estuvieron todo este tiempo? ¿Quién se los llevó? ¿Para qué? Estas son algunas de las preguntas que quedan en el aire.
Las cámaras de seguridad pueden quizás dar una pista, aunque no había CCTV en el sitio donde aparecieron los libros. La policía deberá ahora monitorear el resto de las cámaras del edificio en busca de más detalles.
“Nuestra investigación sigue abierta y estamos siguiendo algunas líneas de búsqueda. También renovamos nuestro llamamiento para que cualquier persona que tenga información sobre el caso se comunique con nosotros”.
Información de BBC