Porque ni santo ni diablo, pienso en mis pecados, reflexiono acerca de mis defectos, de mis faltas, de mis fallas; luego recuerdo los tratos de algunos pequeños gerentes con su personal y respiro un poco. Contemplo, miro alrededor.
¡Qué miserable es el hombre que con un poco de poder se embriaga, al saberse dueño de nada! El peligro yace en su vana ilusión de saber que tiene el poder de mandar un poco. Y mientras más estrechas son sus fronteras, más es el peligro.
No hace falta irse muy lejos. Basta con salir a la calle a ser testigos del penoso sistema en el que todavía vivimos. Un sistema claramente piramidal, de jefes sin principios y de subordinados obedientes. No hace falta partirse mucho la cabeza.
Soy partidario de que aspiremos con el tiempo a un sistema más horizontal, en donde aquellos que “mandan” se rijan bajo imperativos éticos que tomen en cuenta a los trabajadores como los verdaderos motores de sus propios proyectos, no como carne de cañón.
Como autoridad se puede ser categórico, pero eso no implica el abuso de poder contra ninguna persona. Eso es humanamente injustificable. Es por ello que considero que no todo mundo nació con estrella para ejercer el poder. Se trata de un arte.
La cosa es que hemos normalizado la imagen del poderoso como aquel que tiene el derecho de pisotear al otro. Y en parte, al menos en el nivel público, en mayor o menor medida, los ciudadanos somos responsables (y esto lo digo de manera general) de elegir mal.
Para que un equipo funcione, debe de haber armonía.
Sería ingenuo pensar que esto cambiará de tajo, de la noche a la mañana. A lo que el mundo sí aspira, siempre, es a disminuir sus vicios que, irónicamente, juegan en su contra.
Pablo Aldaco es un cantautor y poeta mexicano nacido en Hermosillo, Sonora, Mexico. A lo largo de su carrera ha dado conciertos y recitales poéticos en países como México, Chile, Perú, Argentina, Cuba y España. Ha grabado hasta la fecha 5 discos como solista y ha publicado tres libros de poesía: “Las aguas del regreso”, “La noche que se expande” y “Corazón, punto cero”. Tiene estudios en Artes Escénicas por Casazul Argos, así como de Creación Literaria por la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y Casa Refugio Citlaltépetl (Ciudad de México).