Monika, una perrita rusa sobreviviente, volvió a caminar después de ponerle cuatro prótesis de titanio en una operación muy poco común, onerosa y financiada totalmente en línea.
“La suerte y la experiencia tuvieron un gran rol”, afirmó Serguéi Gorshkov, el veterinario detrás de esta hazaña en la clínica “Best” de Novosibirsk, en Siberia.
Es la primera vez que realizó una operación de este tipo en un perro, después de hacerla en un gato en 2019.
La historia de Monika viene de lejos. En diciembre de 2020 fue encontrada agonizando en un bosque de Krasnodar, al suroeste de Rusia. Sus cuatro patas estaban llenas de heridas.
“Nadie sabe lo que le ocurrió, algunos voluntarios piensan que alguien le cortó las patas por crueldad”, explica Gorshkov.
La pobre Monika, cuya edad se estima entre dos y cuatro años, pudo terminar como tantos perros heridos: abatida o muerta de una forma lenta y dolorosa, pero un grupo de voluntarios de Krasnodar se movilizó por ella.
Alla Leonkina cuenta que, junto a una amiga, se hizo cargo de ella durante casi un año, “estaba en un estado abominable”.
También crearon un bote en línea para financiar una operación para el animal.
En un mes, el grupo recaudó más de 400 mil rublos (aproximadamente un millón 134 pesos), un monto importante en Rusia.
Los ángeles guardianes de Monika también financiaron la creación de las prótesis, realizadas con una impresora de 3D. Una de las patas se rompió después de colocarla, lo que obligó al veterinario a rehacer otro intento seis meses después.