Cuantas veces en la fatiga, cansancio y desesperación por no encontrar salida a una situación, llegamos a sentirnos solos, sin apoyo y hasta ausentes y desconectados de algo mas. Desconectados de nuestra esencia como parte Divina, con esa energía sutil y maravillosa que hace que todo se mantenga en orden, aun cuando pareciera a veces que no fuera así.
Sin duda, no estamos solos, siempre hay esa tablita de salvación que necesitamos, siempre esta esa luz en nuestro camino para iluminarlo y podamos transitarlo a pesar de la obscuridad de momentos, de las piedras y hoyos que pudieran existir.
No estamos solos, estamos siempre acompañados, aun cuando no lo veamos, cuando no nos demos la oportunidad de sentir, de respirar, de armonizarnos con todo lo bueno que nos rodea, existe, aun cuando no seamos capaces algunas veces de reconocerlo.
¿Que tan lejos o cerca estas de esa energía Divina? O mejor dicho ¿Qué tan conectada o desconectada te sientes de ella? porque cerca muy cerca estamos todos.
ahora bien, nos encontramos con diversa información de lo mágico y poderosos que podemos ser si nos lo proponemos.
Incluso algunas de las enseñanzas del recorrido por este mundo de Jesús “El Cristo” donde menciona “Pedid y se os dará; buscad y encontraras, llamad y se os abrirá”
Lo que hace falta decirnos es que para lograr manifestar nuestros deseos y dejar de sentirnos en soledad, como lo menciona Mc Gowam, necesitamos aprender a vivir en armonía con el universo y encontrar nuestro lugar en el plan de Dios como parte de la gran familia humana.
Los verdaderos cambios requieren de un verdadero esfuerzo y dedicación, requieren un compromiso para vivir día a día con disciplina y responsabilidad por lo que hacemos o dejamos de hacer.
Recordemos que hay cosas que van a pasar, que dependerá de cada quien si nos tumba o fortalece.
Por ahí leí una frase que me gusto y la comparto
“la oración no es para prevenir el invierno, sino para permitir que llegue el verano”.