Hermosillo, Sonora.- Cuando empezó a elaborar maceteros rústicos, Don César no imaginó el alcance que tendrían; gustaron tanto que le hacen pedidos desde fuera de Hermosillo, como Cajeme, San Luis Río Colorado y hasta Arizona.
César Ballesteros Guzmán tiene 78 años y vive en la capital sonorense. Aunque no se dedicaba de lleno a la carpintería, inició creando unos maceteros con madera reciclada a principios del 2020, como un pasatiempo en sus ratos libres.
Fue hasta que sus hijos y demás familia publicaron las imágenes en redes sociales para hacer promoción, que el trabajo se dio a conocer e iniciaron los pedidos, sobre todo durante la cuarentena.
“No me piden terminados muy finos porque yo no soy carpintero, yo solo me aventé así nada más porque empecé a hacer para mí, pero de carpintería no sé.
Fue como a principios de año que los hice para mí y venían o me pedían, pero no salían en propaganda ni nada hasta que mi hija y mi nieta me pusieron en el Facebook, de ahí es de donde me han estado hablando para pedir presupuestos o mandarme a hacer de los que están en el muestrario”.
Agregó que esta labor le ayuda a aprovechar el tiempo libre, “para no estar pensando en la mentada epidemia que anda, porque en lugar de liberarse uno se empeora”.
Los maceteros están elaborados con sobrantes de tarimas de su casa y otros pedazos de madera que le regalan, a fin de utilizar todo lo que tiene a su alcance en la elaboración de estos artículos; pero además de maceteros, acepta pedidos de tarimas para cama, portaespejos, estantes, entre otros.
“Compro las tarimas y un amigo de mi hijo me ha regalado madera, esa que supuestamente ya no sirve y tiran, me la traigo, le agarro uso y con eso lo estoy haciendo. Ojala que tenga más tiempo para poder hacer más.
Primero me voy por la madera, desbarato las tarimas, tengo una sierrita donde me pongo a cortar la madera y los voy armando, siempre tengo muestras de lo que me van pidiendo más”, narró.
Orgulloso, don César enseña su muestrario. La portada es una fotografía de él con una de sus creaciones. Luce sonriente y orgulloso del trabajo que, además de representar un ingreso extra para su familia, es símbolo de su esfuerzo y dedicación.
“Estar encerrados y sin hacer nada no saca ningún provecho, sino todo lo contrario porque uno se va sintiendo menos productivo.
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Siente uno que es más carga para la familia. Nosotros buscamos la manera de hacerlo, no tenemos salud pero sí aprovechamos lo poco que tenemos”, cuenta. Pues aunque padece diabetes, hipertensión y otras complicaciones de salud, continúa buscando opciones para sentirse útil.
Además de los trabajos con la madera, elabora otros artículos de herrería como portasombreros, figuras que sirven como adorno en los hogares, figuras decorativas que a la vez sirven de portavelas, y más.
Para contactarlo, se puede comunicar al 662 464 0836 con su hija Lulú, quien le ayuda en el proceso de venta, presupuestos, modelos disponibles, muestrario, etcétera.
