Nuestra salud y la salud de nuestro planeta se ven amenazadas diariamente. Todos los días productos tóxicos ingresan a nuestro medio ambiente aumentando el riesgo para las personas y nuestro planeta. Desafortunadamente hay productos que llevan décadas en el medio ambiente dañándolo y también dañando la salud de las personas, y la falta de políticas públicas les ha permitido quedarse.
Las colillas de los cigarros se encuentran entre estos productos —en México, 50 mil millones se desechan cada año— y muchas de ellas llegan a los océanos. La promoción y adopción de playas y parques libres de humo podría traer enormes beneficios económicos, ambientales y de salud.
Un cigarro contiene más de 7 mil sustancias químicas. Cuando se tiran en parques, calles, bosques y, en particular, en las playas, esas sustancias no desaparecen mágicamente, se filtran en el área circundante y dañan gravemente el ecosistema marítimo.
De hecho, se estima que cada año se tiran 4,5 billones de colillas de cigarros en todos los rincones del planeta, de acuerdo con el grupo de vigilancia de la industria tabacalera STOP. El impacto de estos residuos sobre el medio ambiente es elevado. Las colillas de cigarro se componen de un derivado del petróleo llamado acetato de celulosa, que tarda aproximadamente 12 años en degradarse. También contienen sustancias tóxicas como nicotina, alquitrán, arsénico, plomo, que se convierten en micropartículas que se filtran al suelo y al agua contaminando el medio ambiente a su paso.
Lamentablemente, hoy no existe un mecanismo legal en México que promocione y adopte las playas 100% libres de humo. Actualmente, el máximo galardón en playas, Blue Flag, solo considera como criterio: Se debe evitar la acumulación de colillas de cigarrillos, envases específicos que deben ser puestos a disposición por el concesionario de la playa. Debido a esta laxa recomendación, se dispone de zonas para fumadores o incluso es posible poder fumar en cualquier playa.
La falta de una política o certificación para promover estos espacios abre la posibilidad de que la contaminación marítima aumente debido a la eliminación de colillas de cigarros. Una sola colilla de cigarro contamina 50 litros de agua natural y 12 litros de agua salada según los datos de Ocean Conservancy.
Las políticas de espacios libres de humo han mostrado muchos beneficios tanto en términos de salud como económicos para los establecimientos. Según la información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., un análisis realizado sobre los ingresos por ventas y de empleo encontró que restaurantes y bares tuvieron un ligero aumento en las ventas. Inclusive en Texa se reportaron ingresos USD105.5 millones más altos de lo esperado a dos años de aprobar la legislación.
El futuro de nuestra salud y la salud de nuestro planeta está en juego. Los espacios que cuidan la salud de las personas y nuestro ecosistema deben ser promovidos y apoyados. Imaginemos un mundo donde los gobiernos y más específicamente la Secretaría del Medio Ambiente de México otorguen reconocimientos por playas 100% libres de humo, sería beneficioso para todos, tanto para el medio ambiente como para nuestra salud.
Lic. Pamela Ibarra Dávila en colaboración con el maestro Benjamín González Rubio Aguilar