El escándalo mediático del “maiceo legislativo a diputados de Sonora, los diputados que no participaron deben denunciarlo para no ser omisos, es algo que no debe quedar impune, mas aun para aquellos que “van por la libre” a ocupar nuevos “huesos públicos”, algunos de tipo político y otros como dadiva partidista.
Tanto se habla de la corrupción galopante, así como de su combate, es y deberá ser una tarea urgente para el nuevo gobierno estatal, ya este que se va demostró ser más de lo mismo, corrupto e inepto, será un tema pendiente para dignificar el congreso y las funciones de altos funcionarios estatales, quienes quedaron en evidencia por las grabaciones filtradas en la elección de la fiscalía de Sonora, una falta de ética brutal…
Impunidad para los legisladores
La impunidad es un cáncer que alienta la corrupción, que denigra no solo la función pública, sino que exhibe las graves conductas delictivas de ciertos legisladores, que “venden caro su amor” como aquella prostituta aventurera, literalmente, inclusive en temas tan delicados donde se trafica con la procuración e impartición de justicia en el Estado de Sonora.
Lo más grave es que ante tanto descaro y desplantes, ante tanto cinismo e hipocresía no haya consecuencias, castigos ejemplares para los involucrados, al parecer quedará como una “travesura legislativa y accionar público”, como un lucrativo, grosero e ilegal negocio que les será perdonado por sus distintas bancadas, son en verdad y literalmente unos “animales políticos”, indignos de representarnos en el congreso.
Ya hay varios de los implicados en las grabaciones que se preparan para ser reelectos u ocupar otro puesto gubernamental, protegidos por sus respectivos partidos, eso es una desvergüenza, burla y otro insulto mas para los sonorense…. ¡No tienen remedio!.
Impunidad para autoridades estatales
Lo mismo sucede con los y las funcionarias estatales involucradas, incluyendo a la Gobernadora, “que no dicen ni pio”, prefieren guardar silencio ante el peso de la opinión pública, ante la gravedad de los hechos que además fueron grabados y confesados por los legisladores. Es todo un “teatro político”, que tendremos que pagar y tolerar los sonorenses. Por ello debemos preguntarnos, ¿tendremos el gobierno que nos merecemos?… Lo mas grave es que pienso que si, por ser agachados e indolentes, por no tener el valor civil de denunciarlos y actuar en consecuencia….
Es un tema de corrupción con carácter nacional, una vergüenza para todos los sonorenses, es reconocer que tenemos gobernantes que solo buscan sus propios intereses, un inmoral ejercicio de la función pública solapado, aquí no se salva nadie, “el poder los hace iguales” y… Aunque escondan la cabeza como los avestruces, en algún agujero, estarán expuestos irremediablemente, porque igual dejan al aire, desnuda, de forma burda y grotesca sus partes nobles posteriores…
Los implicados ya fueron premiados, “investidos políticamente por su gran servicio al Estado de Sonora”, ni vale la pena mencionar sus nombres, todos los conocemos, las listas ya están publicadas, sus licencias, así como renuncias firmadas, para ir “tras otro lucrativo hueso” y continuar con sus trapacerías, ¡mal, pésimo, denigrante!.
Conclusión
Este tipo de escándalos son una vergüenza publica, una forma de corrupción intolerable, mas aun por la consecuente impunidad, en este tipo de actos muchas autoridades normativas, administrativas e incluso penales debieran actuar de oficio, pero eso es casi imposible, ¡porque estos legisladores y funcionarios estatales, fueron, son y serán jueces y parte!…
Esta es la gravedad del actuar público en México, en Sonora, ya que hace de la impunidad un “modus vivendi”, de grillos que son remedos de políticos una desgracia para los ciudadanos, que otra vez seremos burlados en nuestra dignidad e ingenuidad, lamentablemente muchos serán comparsa de esa impunidad que demuestra la realidad política que vivimos, representada por este tipo de ¡servidores (as) públicos ¡que solo se sirven y no sirven para nada!… ¡Ni más ni menos!.
“La impunidad es, desde mi punto de vista tan perversa como la injusticia; a decir verdad, son las dos caras de una misma moneda”. (Amin Maalouf).