La Universidad de Sonora, los parques industriales, así como diversos hospitales y centros comerciales son áreas que alcanzan temperaturas por encima de los 51°C, conocidas como “islas de calor”.
Diana María Meza Figueroa, profesora investigadora del departamento de Geología de la Universidad de Sonora, mencionó que una isla de calor es toda aquella área que conserva su alta temperatura incluso de noche.
“Se supone que cuando (un área) alcanza la temperatura máxima durante el día por incidencia de la radiación solar, uno esperaría que esa incidencia disminuya en la noche porque se debe de enfriar, lo que sucede es que no se enfría esa superficie, continúa reteniendo el calor, eso hace que por ejemplo en verano estemos expuestos por un mayor tiempo a temperaturas elevadas, que los aires acondicionados trabajen de más, eso también repercute en el gasto real de las familias en el recibo de energía eléctrica y en el caso de las personas que no tengan acceso a un clima artificial o aire acondicionado pues obviamente es una afectación a su salud”, expuso.
Las canchas deportivas con pasto sintético, las planchas de concreto y toda superficie cubierta con material impermeable, la cual evite la infiltración de agua, tendrá a generar islas de calor.

Meza Figueroa señaló que esto también genera problemas de contaminación del aire, pues al no haber suficientes árboles, estos no podrán ayudar a la ciudad a enfriar las zonas.
“Este sellado de la cubierta de la ciudad no permite que se infiltre la suficiente agua y por lo tanto los acuíferos no se van a recargar, entonces sí tenemos que ver el problema de Hermosillo como algo integral que tiene que ver con las formas de urbanizado”.
“En Hermosillo ya no se puede hablar de islas de calor, sino más bien de islas de frío porque prácticamente toda la ciudad tiene temperaturas elevadísimas, hay pocas zonas (las que aparecen en colores más claros) que son zonas con menor temperatura”, expuso.
De acuerdo con el mapa más actualizado que generó el World Resources Institute para proyecto de Cool Cities (“Ciudades Frescas”), algunas de las islas de calor más prominentes están ubicados en la Universidad de Sonora, el Hospital Infantil y Hospital Integral de la Mujer, el área comercial del Vado del Río y Solidaridad, así como los parques industriales del Suroriente y Norponiente y todos los bulevares principales de la ciudad.
LA SOLUCIÓN
La única manera de revertir las islas de calor, señaló la profesora Diana María Meza Figueroa, es a través de la reforestación y uso de infraestructura verde.
Hermosillo es una ciudad con mucho potencial pata este tipo de implementaciones por sus techos, mencionó, porque no hay muchos edificios elevados.

“Los expertos recomiendan dos formas de aminorar las islas de calor a través de techos verdes y paredes verdes, eso permite enfriar las superficies pero además va a representar un ahorro de la energía eléctrica de las familias porque con plantas reducen hasta uno o dos grados la temperatura”, comentó, “aunque abrieras banquetas el suelo ya perdió los nutrientes y su estructura, por lo que le será difícil que mantenga vegetación, se debe generar un programa de restauración de suelos en toda la ciudad, pero eso es más a mediano y largo plazo”.
Esta medida, destacó la experta, permite enfriar las superficies pero además representa un ahorro de la energía eléctrica ya que las plantas reducen de uno o dos grados la temperatura de los hogares.
La metodología del Ayuntamiento de Hermosillo al medir sus áreas verdes es inexacta, indicó Ernesto Urbina Miranda, director de “Hermosillo, ¿Cómo Vamos?”.
El titular de la organización civil comentó que uno de los indicadores que se usa a nivel global en el tema de los entornos urbanos, es la cobertura de áreas verdes medida en metros cuadrados por habitante, siendo la de Hermosillo contabilizada en 4.5 metros cuadrados de áreas verdes por habitante.
De acuerdo con Urbina, en el tema de árboles, en 2023 el Ayuntamiento reportó alrededor de 26 mil árboles de los 40 mil que se requieren en Hermosillo, sin embargo la agrupación se percató de ciertas deficiencias en las cifras de contabilidad y muestreo del Ayuntamiento en torno a este tema.
“Entonces en 2024 solicitamos la metodología (al Ayuntamiento) y ahí ya no nos dieron el dato y nos dicen que no es una metodología robusta, eso mismo también pudiera estar pasando con las áreas verdes, es decir, que cierta infraestructura urbana se considere área verde pero que no necesariamente lo sea, por ejemplo podría ser un parque que tiene una cancha sintética de fútbol, eso no necesariamente cumple con todos los requerimientos para considerarse un área verde, entonces tendríamos que discutir la metodología de cómo se estima ese incremento que se reporta por las autoridades municipales (metros cuadrados de áreas verdes por habitante)”, expuso.