Hermosillo, Sonora.- Marco Antonio, Said, Valentín, Jesús, Karen y María, son seis elementos de entre 17 y 25 años de la Academia Juvenil de Bomberos, que participaron en su primer servicio grande el pasado domingo 13 de agosto en Parisina, donde creció la llama de su pasión por este trabajo y desean continuar ayudando en la ciudad.
De 61 personas que ingresaron a la Academia Juvenil en enero de este año, solo 23 continuaron con la preparación hasta culminar, de los cuales, únicamente seis prestaron su servicio en el incendio de la tienda de telas.
Pasión por ayudar
“Estábamos en el comedor y salió la Eco-20, nosotros al pendiente del radio y cuando dijeron la Eco-18 también va, todos de volada, la adrenalina hasta arriba y vámonos.
A pesar de que fue una desgracia y que no se le desea el mal a nadie, yo estoy en mi trabajo soñado y estaba encantado de poder ayudar”, comentó Valentín Álvarez de 21 años.
El joven estudia arquitectura en la Universidad Durango Santander (UDS) y comenta que anhelaba ser bombero desde que estaba en primaria, inspirado por su padre quien fue rescatista en la Cruz Roja antes de que naciera Valentín.
“Mi papá fue paramédico y rescatista en la Cruz Roja hace mucho tiempo, no me tocó verlo en servicio pero escuché muchas de sus historias, crecí influenciado por todo eso”, enfatizó el joven.
Con adrenalina y muchas ganas de ayudar es como Marco Antonio, Valentín, Said y Jesús recuerdan su servicio del domingo.
Said Gutiérrez recién egresó de la preparatoria y está por iniciar la carrera de paramédico en la Universidad Tecnológica de Hermosillo (UTH), pero ingresó a la academia en su último semestre de la preparatoria porque era su sueño ser bombero al igual que su padre Eric Gutiérrez, con quien compartió servicio el domingo en Parisina y se tomaron una fotografía.
“Estábamos cuatro en la estación, todos queríamos salir y cuando pidieron apoyo bajamos corriendo. Cuando estaba ahí se sentía de película porque se sentía el peligro, se rompían los vidrios. Mi papá también estaba ahí porque estaba de servicio y nos tomamos una foto”, detalló el joven de 17 años.
Por su parte, Marco Antonio Aviña Lara, de 25 años, ingresó a la Academia Juvenil de Bomberos al concluir la ingeniería en Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH), ya que según comenta, su madre Miriam Paola Lara Cano fue la primera mujer bombera en la historia de la ciudad y eso lo inspiró a seguir sus pasos.
Ahora combina su profesión como maestro de mecatrónica en el ITH, cubriendo guardias en Bomberos.
“Había veces que se me complicaba estar en la academia porque tenía dos trabajos de maestro en la UTH e ITH, y en la noche hacía la academia.
Ha sido muy satisfactorio todo lo que he aprendido y lo que me ha tocado vivir en el incendio de Parisina Encinas, es al segundo servicio que voy pero este es el más grande, y por supuesto que quiero continuar aquí, la gente cree que nomas es venir a tirar agua pero es todo un estudio y esfuerzo mental”, dijo Aviña.
Jesús Enríquez, de 21 años, comentó que nunca le había tocado un servicio tan grande como el de Parisina, pero que todo estuvo muy organizado y planeado, y que planea continuar al servicio de Hermosillo.
Van a servir bien a la ciudad
El director de la academia, Arturo Dávila, de 63 años y de casi 46 de servicio, compartió que ese día recibió el llamado desde la tienda de telas y cuando menos pensó, ya estaba trabajando con sus alumnos para sofocar las llamas.
“Llego, me dan aviso para entrar, y me encuentro a los de la Academia y me pongo a trabajar con ellos. Me dio mucho gusto porque el primer ataque que hicimos, lo hice con gente de la academia.
Hicimos el primer ataque con éxito porque empezamos a bajar las condiciones de fuego que había, lo hicieron muy bien”, detalló Dávila.
Bomberas auxiliando bomberos
Karen Celeste Palafox Villalba, de 18 años, recién ingresó a la carrera de paramédico en la UTH, que combinará con su conocimiento en la corporación de Bomberos.
“Desde chiquita siempre ha sido mi sueño ser bombera. Mi mamá Lizett Villalba fue paramédico y mi papá Francisco Palafox fue bombero”, dijo Celeste, quien desea emplear ambos oficios.
María Sagrario Galaz Peña, de 23 años y estudiante de Ingeniería Química en la Unison, también desde pequeña tuvo la inquietud de ayudar a la ciudad al igual que su papá Jesús Galaz, y sus hermanos Tadeo y Jesús, quienes prestaron su servicio a Bomberos.
“Ese día yo no estaba de guardia, yo había salido. Estaba en mi casa y vi las noticias en Facebook y me puse a disposición de la estación para ver si ocupaban algo, y en cuanto llegué nos dijeron que fuéramos para allá y me puse a disposición y me los encontré a ellos”, dijo Sagrario.
Ambas jóvenes participaron repartiendo agua a sus compañeros, recogiendo mangueras y colaborando con Cruz Roja.
Al final, cuando el fuego ya estaba extinto, ingresaron a las tiendas para ayudar en la ventilación y otras acciones necesarias tras un incendio.
“Estaremos graduando en estos días 23 bomberos nuevos que van a pasar a servir a la ciudad de Hermosillo. Si llegaron a este punto, yo tengo la confianza de que es gente que ya tiene el carácter y nosotros le damos la preparación, pero el carácter ya lo tiene. Yo creo que van a servir y van a servir bien a la ciudad”, concluyó Arturo Dávila, quien es coordinador de la academia desde hace 25 años.
Cabe mencionar que esta es la primera generación que surge después de la pandemia, los últimos Bomberos Juveniles que ingresaron fue en el año 2019, pues la formación quedó entorpecida con la llegada de la pandemia de covid-19.