Por Javier Lugo Sau
El crecimiento demográfico en nuestra ciudad se ha mantenido constante por años. Hermosillo duplicó su población de 1990 a 2020 al pasar de 406 mil 417 a 855 mil 563 personas que habitaban la zona urbana de esta ciudad, lo que acarrea consigo diferentes retos. Uno de ellos se relaciona con la convivencia entre la ciudadanía, toda vez que los conflictos entre ciudadanos, ya sea conocidos o desconocidos, pueden incrementarse ante una mayor concentración de habitantes.
Las causas de la conflictividad entre ciudadanos pueden ser muy diversas. Una de ellas tendría que ver con los espacios reducidos donde viven las familias, como las casas de interés social, así como colonias con alta concentración de viviendas y que, por sus características, se trata de desarrollos inmobiliarios que en pequeñas extensiones de terreno se asientan un gran número de hogares. Algunas de las situaciones que pueden ser detonantes de conflictos serían los espacios de estacionamiento frente a las viviendas, el ruido generado por el alto volumen de música, mascotas sueltas en la vía pública, entre otros. Adicionalmente, otro factor a considerar es la poca tolerancia que algunos ciudadanos pueden tener ante este tipo de situaciones, llevándolos incluso al uso de la violencia para resolver conflictos.
Por otro lado, y sin importar las características de la vivienda, los conflictos también suceden al interior de los hogares, y cuya máxima expresión se clasifica como violencia familiar, tema ya abordado en una colaboración anterior.
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Además, las grandes ciudades enfrentan retos importantes en cuanto a movilidad. Así, en aquellas zonas urbanas donde la movilidad es un problema, los conflictos entre automovilistas puede llegar a ser algo común, así como las peleas u ofensas entre usuarios del transporte público.
En este sentido surge la interrogante de cómo se encuentra la convivencia entre las y los habitantes de nuestra ciudad. Para darnos una idea, he tomado los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, la cual nos brinda información al respecto.
Durante el primer trimestre de 2023, el 46.8 por ciento de la población mayor de 18 años en Hermosillo dijo haber tenido algún conflicto o enfrentamiento con otra persona. Esto nos colocó en el 12° lugar de las zonas urbanas del país con mayor conflictividad entre ciudadanos. Cabe señalar que nos superan zonas urbanas densamente pobladas como lo son algunas alcaldías de la Ciudad de México o zonas urbanas de Jalisco, entre las que se encuentran Cuauhtémoc (62.3%), Zapopan (52.8%), Benito Juárez (52.6%), Tlajomulco (50.4%), Tláhuac (49.3%) o Xochimilco (48.6%).
Comparando el primer trimestre de cada año, observamos que la proporción de ciudadanos de Hermosillo que tuvo conflictos o enfrentamientos con otra persona se ha reducido. Así, en el primer trimestre de 2019 el 61.3 por ciento de la ciudadanía tuvo conflictos o enfrentamientos, alcanzando su punto más bajo en 2021 (44.4%) y en 2023 fue el 46.8%.
Ahora, con respecto a los motivos que generaron estos conflictos o enfrentamientos durante el primer trimestre de 2023, observamos que 20.6 por ciento dijo haber tenido problemas de estacionamiento (obstrucción de su cochera, invasión de su cajón de estacionamiento o falta de espacio para estacionarse), 20.0% problemas con vecinos (diversos tipos de ruido, música alta o fiestas, falta de pago de cuotas vecinales, falta de control de los hijos de los vecinos), 10.5% problemas relacionados con animales domésticos (ladridos, ataques o desechos de mascotas), 7.2% problemas con trámites o servidores públicos, y 6.8% chismes o malos entendidos. Cabe señalar que dichas proporciones se mantuvieron en los mismos niveles durante los cuatro trimestres de 2022.
Ahora bien, de todos aquellos que dijeron haber tenido algún conflicto o enfrentamiento durante el primer trimestre de 2023, el 74.6 por ciento mencionó que fue con vecinos, mientras que 24.8% con desconocidos, lo que indica que la conflictividad entre los hermosillenses gira en torno a la convivencia entre vecinos y que no respetan normas mínimas de convivencia como es el no tapar las cocheras de las viviendas, no hacer ruidos o tener música a altas horas de la noche, pasear mascotas sin correa o no levantar sus desechos.
Con respecto a las consecuencias de un conflicto o enfrentamiento, la ENSU indica que, en el caso de Hermosillo, en su gran mayoría terminó en diálogo o pláticas, mientras que la cuarta parte derivó en gritos, insultos o groserías. Aquí cabe resaltar que solo 4.1 por ciento de quienes tuvieron conflictos o enfrentamientos tuvo como consecuencia agresiones físicas.
Es importante mencionar que la proporción de conflictos que derivaron en violencia en Hermosillo es ligeramente menor al nacional (5.4 por ciento) y representa la mitad de las zonas urbanas que tuvieron las proporciones más altas como fueron las alcaldías Álvaro Obregón (13.7%), Miguel Hidalgo (12.0%) o los municipios de Piedras Negras (12.8%), Santa Catarina (12.6%) o Torreón (10.6%).
Los datos de la ENSU nos dicen que Hermosillo es una de las ciudades del país con la mayor proporción de ciudadanos y ciudadanas que han tenido conflictos o enfrentamientos, y este es un tema que, para resolverlo, se encuentra en manos de nosotros los ciudadanos y no de manera total en la de las autoridades. Es momento de reflexionar cómo resolvemos los conflictos que puedan surgir con las personas que nos rodean.
