En Canadá, una joven renunció a su trabajo el mismo día que empezó por una jornada laboral de 8 horas, poca paga y muchas tareas.
De acuerdo con la mujer, el sueldo y sus labores le parecieron incoherentes, pues era mucho trabajo para tan poca paga.
“El salario no era significativo, pero era un trabajo, así que entré al local y una amable señora me dio la bienvenida y comenzó a capacitarme”, explicó.
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No estaba convencida
Además, comentó que su pago era el salario mínimo cuando tenía que recibir al menos dos dólares más por cada hora trabajada por las tareas encargadas.
“Estaba recibiendo el salario mínimo cuando debería haber ganado al menos uno o dos dólares más por hora por realizar todas estas tareas”, añadió.
Comienzan a salir detalles
La señora le indicó que debía hacer “tareas extra”, como controlar el dinero de la caja registradora, checar el correo electrónico del negocio y manejar los envíos de paquetes comprados por la web.
La joven consultó si le estaba hablando en serio, a lo que la mujer le respondió: “Sí, los vendedores se ocupan de esto”.
Sin descanso
Pero, la situación la colapsó cuando le dijeron que debía trabajar 8 horas de corrido sin descanso.
Al terminar, se subió a su auto y durante el viaje a su casa pensó en seguir intentándolo una semana más, aunque no tardó mucho en optar por renunciar.
Con información de Reporte Indigo