Hermosillo, Sonora.- La Universidad de Sonora inició sin contratiempos la jornada de vacunación en personas de 40 a 49 años, en el nuevo módulo ubicado en el Centro de las Artes.
Para la primera parte del día se recibieron mil 500 dosis de AstraZeneca y la afluencia durante la mañana fue baja, a partir de las 7:00 a las 8:00 horas se vacunó a las primeras 200 personas. Después de esto, no hubo más gente en la fila, por lo que el personal de salud invitó a la población en este grupo de edad a acercarse.
El nuevo centro de vacunación es pedestre y sin atención arriba de los vehículos, como era en el caso de los adultos mayores con la intención de facilitarles el acceso; está en la intersección de los bulevares Colosio y Rosales, donde se ingresa por el acceso al estacionamiento de esta calle. Los vehículos se dejan en el exterior y las personas llegan a pie.
Para la jornada del 28 de junio al 3 de julio, se cuenta con la participación 120 voluntarios divididos en dos turnos para la captura de datos y observación de personas vacunadas, además del personal de salud encargado de vacunar y vigilar posibles síntomas luego de recibir la vacuna.
Antonio Castillo, de 48 años y trabajador de recursos humanos, fue el primero en vacunarse en esta jornada. Eran las 7:07 de la mañana cuando él recibió el biológico de AstraZeneca y pasó al área de observación a esperar 30 minutos.
“Tienen que vacunarse todos los cuarentones”, bromeó, “tenemos que estar vacunados todos y, estando vacunados la gran mayoría, vamos a darle mayor lucha a esto; definitivamente, entre más reforzados estemos en grupo, menos riesgos hay de contraer la enfermedad o de seguir con contagios”.
Aunque él no se contagió de covid-19, fue testigo de la enfermedad y de la muerte de compañeros de trabajo y por eso insistió en la importancia de la vacunación.
“Sí tuvimos gente contagiada, lo hemos visto y lo hemos vivido”, explicó, “entonces, con más razón es invitar a todos a que se vacunen. Sí se presentaron casos graves a ese grado, hubo casos fatales en el trabajo, así que también es parte de lo que nos invita a reflexionar sobre esto y estar listos, vacunados todos”.
Guadalupe Jaime Madrid, trabajadora del hogar de 48 años, acudió a vacunarse a la universidad. Ella vivió de cerca el contagio de covid-19 -su esposo, su hijo y ella misma estuvieron confinados y en recuperación, por eso está segura de la importancia de vacunarse.
“Fue estresante, pero pasó sin contratiempos mayores, encerrados los tres juntos”, dijo Guadalupe, “hay que cuidarse, pero sí [la vacunación] es como una esperancita, que dice uno: ‘ay ya nos las van a poner’. Pero es igual, como dicen, hay que cuidarse y estar todavía con cubrebocas y todo”.
Saúl Arvayo y Hetelvina Aguilar, esposos de 48 y 49 años, respectivamente, llegaron juntos para vacunarse. Además de la experiencia de la vacunación, también vivieron juntos la del contagio.
“La verdad sí la estábamos esperando con grandes ansias porque queremos protegernos”, dijo Saúl, “yo y mi esposa, que está aquí enseguida, tuvimos covid. Nos fue leve, una semana con mucho cansancio y después ya salimos, gracias a Dios. Fue muy duro emocionalmente; la verdad, la presión, las noticias, todo eso, te afecta mucho psicológicamente. Yo sí me siento más tranquilo. Cualquier vacuna es buena, lo que te proteja es lo mejor, que se vacunen todos. Yo considero que es irresponsable no vacunarse”.