Punta Chueca, Sonora.- Al principio de los tiempos, los ancestros comcaac caminaban para sobrevivir. La miel de abeja, la pitaya y las semillas de mezquite eran la colecta de sus pasos en el desierto. Caminaban horas, días, semanas sin descanso, unas veces para recolectar, otras para cazar o pescar. Ahora los seris lo hicieron para hermanarse. Juntos lanzaron un llamado para que los gobiernos “cocsar” -mexicanos no indígenas- los escuchen: están aquí y se levantaron en lucha.
La Caminata Comcaac fue el 27 de marzo. La gente que integra a los dos pueblos de la Nación Comcaac –El Desemboque, en el municipio de Pitiquito y Punta Chueca, en Hermosillo– caminaron seis y ocho horas, respectivamente, para encontrarse en un sitio sagrado: el campamento “Saaps” o “Dos Amigos”, un punto intermedio entre sus comunidades, a la orilla del mar.
Entre ambos pueblos había diferencias y conflictos internos, pero, a decir de las autoridades tradicionales, después de la ceremonia de encuentro -un acto presenciado por primera vez en su historia- todo quedó atrás: ahora son uno mismo y este evento fue la ocasión para llamar a los gobiernos a dar una solución definitiva a la falta de agua potable que comparten las dos comunidades.
“Nuestros antepasados caminaron el territorio para buscar su alimento, su propósito, unirse y encontrar solución a sus problemas. Hoy, con esta caminata, retomamos esa manera de vivir para las nuevas generaciones. Nuestra Nación Comcaac busca una renovación del gran pueblo que somos”, leyó Sócrates Rodríguez, abogado cmiique elegido para dar lectura al comunicado que firmó el Consejo de Ancianos.
Por la madrugada del sábado, la luna detrás de “Tahejöc” o Isla del Tiburón, considerada la más grande de México por sus mil 208 kilómetros cuadrados de extensión y que pertenece a los comcaac, sirvió de faro para guiar la travesía por el desierto, a lo largo de un par de caminos a veces arenosos o con pedregales, bajadas y subidas, con más de 37 kilómetros cada uno.
Algunos cocsar amigos que acompañaron la caminata se cansaban primero y subían a los carros que avanzaban a la par, pero las y los comcaac, determinados, caminaron sin parar, a paso ligero.
“El Pueblo Comcaac ha tomado todos los pasos necesarios para que el gobierno mexicano cumpla con su obligación de abastecer de agua a Punta Chueca: hemos solicitado reuniones, entregado peticiones, hemos ido ante los tres niveles de gobierno y también ante derechos humanos en los últimos años y no hemos recibido respuesta alguna”, continuó la lectura.
En el campamento rodeado de arcos de ocotillo con caracoles y conchas, listones rojos, blancos y azules -los colores de la tribu-, las mujeres que se adelantaron en carros para recibir a los caminantes, preparaban el “siimet”, un pan tradicional hecho de masa de trigo frita, acompañado de frijoles cocidos y arroz rojo a la leña, con pescado y pollo frito, que se repartiría cuando todos llegaran de ambos pueblos.
Cuando llegó el momento, el encuentro se llenó de abrazos. Los líderes de las comunidades avanzaron al frente, seguidos de la gente que empuñaba varas de torote blanco alzadas al cielo en señal de victoria y hermandad. Los cantos bajo el sol de mediodía no se detuvieron hasta que todos tuvieron un collar de salvia colgado al cuello y escucharon la frase en lengua cmiique iitom: “Yooz quiij miizj masai xo”, es decir, “que el gran espíritu creador nos bendiga”.
Este encuentro fue acompañado por Rubén Albarrán y Roco Pachucote, líderes de las bandas mexicanas Café Tacvba y La Maldita Vecindad, quienes han apoyado la búsqueda del agua para la Nación Comcaac desde 2020, utilizando sus recursos, conexiones y a la propia música para buscar respuestas.
“Estamos acompañando a la Nación Comcáac en esta situación, deseando que lo podamos solucionar”, dijo Albarrán, “estamos aquí para que las autoridades comcaac lancen este llamado a los tres niveles de gobierno para que sean atendidas sus demandas de abastecimiento de agua potable, situaciones problemáticas con la CFE y, bueno, diferentes situaciones que necesitan ser atendidas y que creemos que no es algo que no sea el trabajo de los gobiernos, es algo que han desatendido, es una deuda histórica”.
Los cantantes mexicanos financiaron una exploración de la zona para la búsqueda y perforación de un pozo, sin embargo, no fue exitosa, pues el agua que se logró extraer resultó salina.
En medio de un círculo formado por la gente de las dos comunidades, los jefes del pueblo pasaron a dar un mensaje en cmiique iitom. Al final, Francisco Fonseca, regidor étnico de El Desemboque, lo hizo en español:
“Esta caminata tiene un propósito para nuestra comunidad: la hicimos para unir a los dos pueblos en armonía, en la lucha que estamos ahorita, ¿por qué? Porque el hombre blanco, el gobierno, no nos da la prosperidad, no nos ayuda, no nos da nuestro derecho al agua, a la salud”, dijo Fonseca, “hoy los gobernantes van a trabajar en esto y nosotros como comunidad vamos a ir detrás de ellos, ¡hoy declaramos lucha de las dos comunidades! Este día es un día histórico: 27 de marzo. El año que viene aquí vamos a estar otra vez, todos los años lo repetiremos, ¡hoy nos levantaremos en lucha!”.
El Desemboque no tiene agua desde diciembre, mes en que el pozo de agua dulce del pueblo se descompuso, pero también acumularon un adeudo de más de 180 mil pesos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) entre lo que gasta el equipo y lo que usan las viviendas de la comunidad, donde una gran mayoría no puede pagar por falta de trabajo.
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Ante esto, las autoridades tradicionales apuntan que “se han quedado de brazos cruzados ante la CFE”, pues en reuniones les han recordado que la Comisión hace años instaló 18 torres y una carretera dentro del territorio de la Nación Comcaac, por lo que las autoridades nunca les han cobrado por un uso de suelo que bastaría para subsanar el adeudo.
En Punta Chueca, la situación es distinta y añeja: cuentan con una planta desalinizadora de agua de mar que se descompone cada verano y que no alcanza a abastecer a todo el pueblo, por lo que deben comprar pipas de agua potable para rellenar tambos de 200 litros y tinacos, situación que no todas las familias pueden costear.
“No estamos pidiendo algo regalado, es nuestro derecho como seres humanos y como pueblo originario. Todo ser vivo necesita el vital líquido: agua. Nunca un gobierno ha resuelto la falta de agua en nuestra comunidad. Este es un llamado al gobierno federal, estatal, municipal y a las instancias de gobierno correspondientes”, manifestó el Consejo de Ancianos.
Un problema compartido es la cantidad de basura que se acumula con el paso del tiempo en los pueblos, pues ambos están aislados de sus cabeceras municipales y no siempre acceden al servicio de recolección.
En materia de salud, a Desemboque le falta un médico desde hace meses, pero ambas comunidades tienen escasos insumos y medicamentos para atender a la gente.
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Después de una tarde de música con los artistas del pueblo y algunos invitados, el encuentro terminó con un campamento a la orilla del mar. Más de 100 personas se unieron en un rezo al fuego sagrado y para escuchar de voz de los maestros las historias de los Xicca cosyaat: los gigantes que habitaban el territorio, sus primeros ancestros. Los comcaac vienen de gigantes. Los comcaac, hoy, son gigantes.
La respuesta de los tres niveles de gobierno a las demandas tiene que llegar pronto y le pusieron fecha: 12 de abril de 2021. Cualquier comunicado oficial hacia la Nación Comcaac deberá ser enviado al correo aguaparalanacioncomcaac@gmail.com antes de ese día.
Hoy caminamos para dar a conocer nuestra palabra al gobierno mexicano y demandar con urgencia:
1. La solución definitiva y autónoma al desabasto de agua potable para la Nación Comcaac.
2. La solución definitiva a los conflictos con la Comisión Federal de Electricidad.
3. Acceso a la educación culturalmente relevante y de calidad hasta nivel superior.
4. La solución definitiva al problema de la basura.
Luego concluyeron: “Los sahuaros, los árboles, el agua y la vida en este planeta, salieron de un canto arcaico que nuestros abuelos han cantado por miles de años. Hoy compartimos este canto como flecha que eleva nuestro rezo, por nuestra Nación Comcaac. Haa xa tiipe [Gracias]”.