Cuando Mary Rentería Guzmán recibió la noticia de que padecía cáncer de mama no tuvo temor alguno. Tomó el diagnóstico con tranquilidad, en gran parte porque en su vientre crecía una bebé que le dio fuerzas para superar la enfermedad.
La nogalense de 52 años de edad es una de las pocas mujeres en México que ha padecido cáncer de mama durante el embarazo, pues es muy raro ver casos de este tipo, ya que generalmente son aislados.
En un principio, los médicos analizaron si un aborto sería lo mejor para su salud, pero al final decidieron que Mary tendría a su niña.
Después, los doctores le informaron que debía esperar a cumplir tres meses de embarazo para quitarle 23 ganglios de su brazo y realizándole una mastectomía radical, para luego comenzar con las quimioterapias.
Debido a las sesiones de este tratamiento se le cayó el cabello, siendo el único síntoma que tuvo, pues jamás sintió náuseas, dolores de cuerpo, o ganas de vomitar, “todo estaba perfecto mientras estuvo la niña ahí conmigo”, aseguró Mary.
Al recibir su quinta quimioterapia se sometió a una cesárea, pues tener a su niña de parto natural era muy riesgoso, ya que sus defensas estaban muy bajas. Pero se tornó difícil, pues ahora sí tuvo ganas de vomitar, así como depresión.
“Cuando di positivo a cáncer me empezaron a tratar, para esto me mandaron al Himes (Hospital Integral de la Mujer del Estado de Sonora) porque como tenía el embarazo y el cáncer, el doctor me había dicho que posiblemente tenía que abortar, que ya dependía de los doctores de allá qué era lo que iba a pasar.
“Me atendió el doctor y me dijo sabes qué vamos a ver tu caso, lo vamos a llevar a una junta médica a ver qué podemos hacer, porque la verdad yo soy un médico y estoy en la creencia que la vida debe de seguir y tú traes una vida dentro de ti y tiene que crecer”, contó Mary.
Su hija mayor, sus dos hijos varones y su hija menor fueron el motor principal para que Mary venciera el cáncer, pero también mantenerse siempre positiva y llena de fe le sirvió demasiado pues al final ganó la batalla.
“Siempre fui positiva, nunca pensé en ¿es cáncer? me voy a morir, no, siempre dije es cáncer, es otra enfermedad así como muchas más, hay que saberla sobrellevar y pues adelante, nunca le tuve miedo a la muerte, eso es algo que también nunca lo tuve en mi mente, yo siempre he pensado que si dejas que tu mente te gane es lo peor que puedes hacer, siempre debes dejar que tu mente siempre esté adelante, porque la mente es muy fuerte y poderosa, te gana y en una enfermedad siempre debes de ser positiva”, detalló.
Hubo un tiempo en el que Mary había perdido la fe en todo, pero superar el cáncer de mama fue una lección que nunca olvidará, así como el apoyo que siempre recibió de sus seres queridos.
“Eso sí, a mí me ayudó mucho el que muchas personas me dieron mucho amor y cariño. La fe que yo recobré y que había perdido me di cuenta de que estaba ahí, porque yo me sentía protegida, me sentía bien, sentía que eso lo iba a superar y gracias a Dios aquí estamos”, expresó.