Fue una simple reunión familiar, unas 30 personas yendo de cena para celebrar una boda. La mitad de ellos terminó con coronavirus.
El alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti contó la anécdota el miércoles mientras California cancelaba la reanudación de actividades económicas en gran parte del estado luego de un resurgimiento de las infecciones de COVID-19.
El gobernador Gavin Newsom ordenó el miércoles el cierre de bares, viñedos, museos, salas de cine y la suspensión de servicio dentro de restaurantes en casi todo el estado por tres semanas, suficiente tiempo para determinar si esas acciones contienen de nuevo la diseminación del virus.
Para el período de dos semanas que terminó el lunes, los casos confirmados de coronavirus en California subieron 45% a casi un cuarto de millón, y las hospitalizaciones aumentaron 52% a 5.077. Unos 500 pacientes más estuvieron lo suficientemente enfermos para requerir cuidados intensivos, lo que eleva el total de pacientes en terapia intensiva en el estado a 1.528.
La orden de Newsom afecta Los Ángeles y otros 18 condados en los que viven casi tres cuartas partes de los 40 millones de habitantes del estado.
La mayoría del sur de California está incluida en la orden, aunque no San Diego, que está mucho mejor.
Esta va a ser la gota que colma el vaso para muchos restaurantes” que ya habían reducido la capacidad interior para cumplir con las directrices estatales, dijo Jot Condi, que preside la Asociación de Restaurantes de California.
En el área de San Francisco, más de 40 directores de escuelas están en cuarentena tras ser expuestos al coronavirus durante una reunión en persona el mes pasado para discutir la reapertura de campus. Una persona que participó en la reunión del 19 de junio de administradores del Distrito Escolar Unificado de Santa Clara dio positivo días después, dijeron funcionarios.
Newsom impuso las primeras órdenes estatales de quedarse en casa en marzo, ganándose los elogios de las autoridades de salud pública luego de que los casos de coronavirus se mantuvieron relativamente bajos en el estado más populoso del país durante dos meses.
Pero el consiguiente cierre de la mayoría de los negocios devastó la economía y forzó a más de 6,7 millones de personas a solicitar prestaciones por desempleo.
Cuando la propagación del virus mermó en mayo, el gobernador ordenó una reapertura gradual de los negocios en el estado.
Los bares recibieron luz verde el 12 de junio y pronto se llenaron de personas, muchas de ellas sin las mascarillas requeridas por el estado.
Información tomada de www.excelsior.com.mx
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