Tener un animal, al margen de lo amigable y carismático que sea, trae consigo diversas responsabilidades, incluyendo una fundamental a la hora de ostentar una idónea convivencia con el prójimo y propiciar un ambiente saludable: recoger las heces.
Pese a que solo existe una minoría (comprobada a través de estudios) de dueños irresponsables que no las recogen, el impacto negativo sobre la percepción de los caninos domésticos crece como la espuma.
Se calcula que hay más de 5 millones de perros en España, y estos son sólo los que están registrados como mascotas; en consecuencia ¿pueden ustedes imaginar la cantidad de heces que producen estos animales a diario? Pues la respuesta, según el diario ABC, es de 500 toneladas, cifra realmente normal, si los catalogamos como lo que son, seres vivos, integrantes cada vez más claves de nuestra sociedad.
Las defecaciones de perros son un riesgo para la salud de las personas y de otros animales porque contienen parásitos nocivos, así que limpiar las mismas nunca debe pasar desapercibido ni en un lugar privado, llámese la propia casa del dueño u otra estructura, y mucho menos en un parque público ni instalación común alguna.
Consecuencias de no ser responsable
El no tomar con seriedad el cuidado del animal canino, incluyendo la ocupación de sus necesidades puede traer consecuencias de la talla del traspaso de parásitos y bacterias a animales salvajes e indefensos.
Asimismo, el no almacenar antes de botar en el sitio que corresponde los desechos, contamina el medio ambiente, tanto que cuando llueve, las heces son capaces de acabar con ríos, lagos y tanques de agua, considerando que hasta el agua potable sufriría alteraciones.
Para quien lo desconoce, hay cientos de bacterias en las heces, tanto de los humanos, como de, evidentemente, los animales, y absolutamente todas son peligrosas; otra prueba que valida el mensaje de conciencia a lo largo de este texto.
Conciencia
En este tópico existe una arista intangible, que vale más de lo que muchos pueden creer al momento de leer estas líneas: el informar.
En efecto, es de sumo aporte comunicar e inculcar a otros dueños de perros con el objetivo de que todos se animen a recoger las heces de sus “consentidos” por respeto a las personas y al medio ambiente.
Poseer un perro es sinónimo de crecimiento humano, igual que cuidar tu atmósfera; por ende, el llamado es a la concientización sobre la mascota. Quiérela, tómala en cuenta como un miembro más de tu familia, al mismo tiempo que debes prestar el ejemplo de recogerle sus necesidades fisiológicas.