Un caballo blanco, un sombrero vaquero color café y cientos de personas despidieron al líder indígena y político izquierdista Juan Carlos Mezhua Campos, asesinado a tiros el domingo en Veracruz.
En la Sierra de Zongolica, una región montañosa del centro del estado —donde impulsaba la creación de un movimiento político independiente—, decenas de pobladores con vestimentas tradicionales bajaron de los ranchos y comunidades para despedir a su amigo “El Compadrito”, como lo llamaban.
Sobre el féretro de madera descansaba el sombrero que lo acompañó durante años en su activismo político, trayectoria que lo llevó a ser alcalde de Zongolica, diputado federal, diputado local y dirigente estatal del desaparecido PRD.
“Su legado lo seguiremos impulsando”, expresó Carlos Mezhua Amador, hijo del político asesinado, quien trabajaba en la conformación del Movimiento Independiente por Veracruz, una organización que, decía, busca desterrar la corrupción y mejorar las condiciones del pueblo.
En la comunidad de Atexoxocuapa, donde residía, hombres y mujeres esparcieron humo de copal sobre los restos de su líder, una tradición indígena que simboliza la ayuda a las almas para encontrar su camino.
“Mi padre buscó el camino más difícil, crear un nuevo partido, pero a las demás personas no les pareció”, reprochó su hijo mayor, y añadió: “son las consecuencias que tuvo. Era un camino que le convenía a México y Zongolica”.
Más tarde, el caballo blanco que lo acompañó por años marchó junto a su amo en la caminata de cinco kilómetros que realizaron pobladores hacia el panteón de la comunidad Loma de Zomajapa, donde fue sepultado.
El domingo pasado, el líder indígena fue asesinado a tiros en la comunidad de Piedras Blancas, en su natal Zongolica, horas antes de una visita programada de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al puerto de Veracruz.
Su crimen generó gran conmoción en la sociedad veracruzana, una entidad golpeada por la violencia desde hace dos décadas y donde este año se ha registrado el asesinato de al menos 14 actores políticos, además de la muerte, a manos de un grupo armado, de una mujer taxista cuya imagen arrodillada impactó al país.
El asesinato de Mezhua se suma al de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, ocurrido el 1 de noviembre en Michoacán, un hecho que también causó indignación nacional.
Con información de EFE.



