Hermosillo, Sonora.- Es martes por la tarde y Yohana, con bebé en brazos, acompaña a Jesús, su esposo, en su trabajo como lavacarros; él les dijo que con lo que ganara ese día, podrían darse el gusto de cenar hamburguesas al terminar su jornada.
Jesús trabaja desde hace seis años como lavacarros en Hermosillo; este y su otro trabajo como guardia nocturno en una empresa le han permitido solventar los gastos familiares junto a su esposa y sus dos hijas.
“La verdad es muy responsable, muy buena gente, muy trabajador, no nos falta la comida, el mandado.
Gracias a él tiene pañales y leche la niña, no nos faltan los alimentos en el día”, comentó, “es cansado andar llenando las cubetas, es muy pasado, empieza a doler la espalda. Acaba de salir de la guardia y viene a lavar carros, no ha dormido nada”.
Aunque Jesús prefirió no aparecer frente a la cámara, se le observó dedicado ofreciéndole el servicio a quienes visitan los alrededores de la Catedral Metropolitana en Hermosillo, y se tomaba algunos minutos para ver que su esposa y una de sus pequeñas estuvieran bien, mientras la mayor aún estudiaba en la escuela.
Ella originaria de Huatabampo y él nacido en Hermosillo, decidieron unirse y formar una familia hace ocho años; tiempo en el que no han dejado de apoyarse el uno del otro, compartió Yohana.