Cuatro coches bomba explotaron en Ecuador entre la noche del miércoles y el jueves, dos de ellos en la capital en el primer ataque de esta modalidad en Quito, y volvieron a poner atención sobre la violencia en el país.
Los atentados no dejaron víctimas ni heridos y las autoridades los relacionan con el traslado de cárcel de varios presos.
Los dos, que estallaron en la capital ecuatoriana, en una zona comercial y financiera, lo hicieron con horas de diferencia y en el entorno de instalaciones relacionadas con el sistema penitenciario nacional.
Los otros dos ocurrieron en el sur del país, sin que ninguna autoridad haya establecido por el momento relación con los de Quito.
Hay seis detenidos, que tenían antecedentes.
Los ataques suceden después del asesinato de un candidato presidencial pocos días antes de las últimas elecciones y de la reacción del Gobierno ante el atentado a Fernando Villavicencio de trasladar a presos a otras prisiones, entre ellos, al líder de una de las bandas de crimen organizado que operan en el país a un centro de máxima seguridad.
La explosión más fuerte ocurrió la madrugada del jueves fuera de una de las oficinas del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad —el regidor del sistema penitenciario— situada frente a una universidad.
Horas antes, la noche del miércoles, había estallado otro vehículo en una zona cercana a donde anteriormente funcionaba la misma institución de control carcelario, informó la policía.