Karla de la Cuesta, quien dice fue víctima del clan Andrade-Trevi, comparte por primera vez su historia de abuso en el canal de Angélica Palacios Real y revela detalles del martirio que presuntamente pasó a manos de Gloria y Sergio.
Karla comenta que la manera en que la reclutaron fue muy espontánea puesto que ella había asistido a una evento de fans de Gloria Trevi y en ese mismo momento le hicieron saber de un supuesto casting caza-talentos.
La manera en que se lo plantearon fue que le ofrecían una beca para prepararla como artista. La conductora señaló que en todo momento ambos se portaron muy profesionales, viajando incluso hasta Puebla para hablar con sus padres y que jamás se imaginaba lo que le esperaba.
Contó que la manera en que Gloria la manipulaba era haciéndose pasar por su amiga de manera que no pudiera negarse a sus peticiones, llegando incluso a inventarle escenarios ficticios y llorar si ella no accedía.
“Empezó a involucrarme en una serie de cosas ficticias que ellos dos creaban para empezar a coaccionarnos para acceder a estar en una supuesta relación con este hombre (…) de manera natural no era posible, porque ni teníamos relaciones, ni nos interesaban los señores, ni lo íbamos a hacer a cambio de nada”, comentó.
Así, tanto ella como las otras chicas se encontraban en situación de esclavitud, trabajando sin descanso y sin remuneración, con falta de comida y sin posibilidad de comunicarse libremente, puesto que incluso las llamadas con sus familiares eran monitoreadas. “Yo ya estaba adoctrinada de lo que tenía que decir con alguien que me estuviera vigilando de lo que tenía que decir”, dijo.
La presentadora incluso recibía amenazas de dañar a su familia si ella intentaba fugarse, llevándola a una crisis de haber intentado atentar contra su vida tomando pastillas caducadas, hecho que también le causó temor de que Sergio se diera cuenta.
“Esta señora siempre nos decía que la que se iba era una prostituta; yo decía ya seré una prostituta pero ya déjenme ir. Siempre eran amenazas”.
Otra de las anécdotas que relata es una vez que Sergio Andrade le pidió ayuda para salir de México, con la promesa de liberarla, promesa que rompería e incluso saldría contraproducente.
“Pasan varios meses, y entonces yo literalmente viajo a España y le digo ‘ya hice todo lo que me pediste, ¿ya me puedo ir?’ y obviamente lo que ocurre es totalmente todo lo contrario, una violencia física brutal: ‘hasta que no me digas te arrepientes de haberme dicho que te quieres ir'”.
Finalmente, Karla comenta que cuando la Interpol intervino sintió mucha dicha, empero lamenta que las personas que la maltrataron lograran su libertad pese a las pruebas.