El maestro de béisbol Eduardo Velázquez quiso sorprender a los niños y las niñas en la colonia Montecarlo: este jueves se vistió de “Pelotín” y les llevó dulces a sus casas en Hermosillo, como una forma distinta de festejarles su día durante la contingencia por COVID-19.
Sus alumnos, desde las ventanas, balcones y puertas, así como en las banquetas o el parque frente a sus casas, recibieron la visita del maestro vestido de la botarga que anima los juegos de las ligas infantiles quien, desde su camioneta, les ‘bateó’ las bolsitas de dulces y les entregó “bolis” de sabores a sus papás.
“Los niños, la verdad, lo quieren mucho”, dijo Yezlhy, mamá de uno de los alumnitos que recibió la sorpresa del maestro, “Bruno está muy feliz en las clases de beisbol y este se le hizo muy buen detalle”.
Hubo vecinos que, sin tener niños, salieron a las puertas a saludar y aplaudir la acción del maestro, a quien le tomaron fotos y videos cuando los pequeños se asomaron a saludarlo.
“Me nació de repente porque no tuvimos festejos del Día del Niño por la pandemia, pero se me ocurrió darles un poco de alegría este día”, explicó el entrenador, “tenemos la botarga del equipo y ahora me tocó estar dentro de ella para alegrar a los niños y hacer esta dinámica.
En los grupos de WhatsApp de la colonia, les avisé a los papás y les dije lo que pretendía hacer; ellos me han estado apoyando con abrir las rejas y asomar a los niños por los balcones o las ventanas”.
El maestro “Walo” tiene 44 años e inició a entrenar equipos desde los 12, pues su familia siempre ha sido beisbolera. Desde que inició la contingencia por coronavirus y que las personas tuvieron que resguardarse en sus casas, el maestro también dejó de entrenar a sus alumnos, por lo que dijo que extrañaba mucho verlos en el campo que él mismo fundó en la colonia.
“Se siente muy padre poque hay niños chiquitos que todavía creen en una botarga y es una gran emoción”, dijo con la voz conmovida, “yo, que estoy aquí adentro, se me parte la emoción… porque veo a los niños y se siente algo muy bonito.
Tengo dos hijos chiquitos y ellos son mi motor para seguir haciendo esto”, concluyó, “son muchos niños y estas bolsitas son pequeñas, no es mucho… la colonia es grande, tiene mil 370 casas y 75 privadas, y no puedo poner un bolsón, pero es lo poquito que les puedo llevar, para que se motiven”.