“En viernes 13 ni te cases ni te embarques”…
El viernes 13 podría ser un día más en el calendario, pero a lo largo de los años y basado en diferentes culturas, este día se ha convertido en sinónimo de inquietud y miedo colectivo.
El origen exacto de esta superstición continúa siendo un misterio; sin embargo, se encuentra en una serie de referencias que se remontan a la mitología de la Antigüedad, a las religiones abrahámicas y a algunas coincidencias históricas.
El número 13
Todo comienza con el número 13, un dígito que de por sí ha tenido connotaciones negativas en muchas culturas, principalmente vinculadas a la religión.
En la Cábala judía son 13 los espíritus malignos; la cifra se asocia también al carnero, la víctima que Abraham debía sacrificar a Dios, y es por lo tanto un número de la muerte.
Por otro lado, en el cristianismo, este número se asocia con tres malos augurios al respecto: trece eran los invitados a la Última Cena, se cree que Jesús fue crucificado en un viernes 13 y finalmente, cuando se escribió el Libro del Apocalipsis, el Anticristo aparece en el decimotercer capítulo.
En la mitología nórdica, existe otro relato que refuerza el temor al número 13.
Según la leyenda, los dioses celebraban un banquete en el Valhalla, pero el invitado número 13, Loki, el dios de la travesura, causó caos y destruyó la armonía del evento. Este mito se asemeja a la idea de que el número 13 trae consigo un desequilibrio y, por lo tanto, es un presagio de mala suerte.