Por Pablo R. Suanzes
Miedo y fantasmas han resurgido este domingo en EEUU cuando el Servicio Secreto ha abierto fuego contra un hombre armado con un AK-47 que esperaba, agazapado, en los arbustos de uno de los campos de golf propiedad de Donald Trump en Florida, mientras ex presidente jugaba. Se encuentra sano y salvo y en ningún momento estuvo a tiro, según las fuerzas del orden.
“Hubo disparos cerca de mí, pero antes de que los rumores comiencen a salirse de control, quiero que escuchen esto: ¡ESTOY A SALVO Y BIEN!”, ha señalado en un correo electrónico a sus simpatizantes el multimillonario. “Nada me detendrá. ¡NUNCA ME RENDIRÉ! Siempre te amaré por apoyarme”.
El FBI, que se ha hecho cargo de la investigación, parte de la premisa de que” parece haber sido un intento de asesinato, el segundo en apenas dos meses. En una comparecencia conjunta, el Servicio Secreto, las agencias federales y la oficina del Sheriff han confirmado la secuencia de hecho registrada este domingo, sobre las 14.00 hora local. Pero han reiterado que la investigación empieza ahora, que no descartan ninguna hipótesis y que comunicarán más detalles una vez que se haya procesado al detenido.
El ex presidente había acudido al Trump International Golf Club de West Palm Beach a jugar este domingo y se encontraba entre los hoyos 5 y 6 junto a Steve Witkoff, uno de sus donantes. Por delante, unos ciento de metros, algunos de los escoltas iban comprobando los alrededores y acordonando el perímetro cuando vieron algo sospechoso. Al aproximarse detectaron un arma, dieron el alto y abrieron fuego. Un hombre, que estaba apostado allí, salió corriendo, aparentemente sin disparar, y se subió a un Nissan Negro. Un testigo logró quedarse con los detalles del vehículo e hizo una foto de la matrícula. Con esos datos, los cuerpos de seguridad fueron capaces de localizarlo en la autopista minutos después y proceder a su detención.
Cuando se escucharon las detonaciones, unos hoyos por delante, Trump fue evacuado inmediatamente, el campo quedó cerrado y la zona, acordonada. Y él regresó a su residencia de Mar-a-lago. Decenas de patrullas de Policía están en la zona y registran con especial atención la zona de arbustos por la que el sospechoso habría huido y en la que dejó el arma, así como dos mochilas con munición y una cámara Go Pro, según las autoridades.
El Sheriff del condado ha asegurado que el sospechoso estaba “relativamente tranquilo” cuando fue arrestado, que no se resistió ni iba armado. “No mostró mucha emoción ni se molestó en preguntar por qué lo estaban deteniendo”.
El incidente ocurre pocas semanas después del primer intento de asesinato sufrido por el multimillonario en un mitin en un pueblo de Pensilvania, que acabó con él herido leve pero dos fallecidos, entre ellos el tirador, y varios heridos de gravedad. En esa ocasión, se usó un AR-15, un arma semiautomática muy popular en el país. Ahora, el sospechoso detenido llevaba un AK-47. Desde entonces, y tras las duras críticas que le costaron el puesto a la directora del Servicio Secreto, que se encarga de la protección de las altas autoridades del estado, los dispositivos de los candidatos a las elecciones de noviembre se han reforzado sensiblemente. Las agencias han celebrado este domingo la agudeza de los escoltas así como la rápida reacción de la Policía para detener al que por ahora parece único sospechoso.
“El presidente y la vicepresidenta han sido informados sobre el incidente de seguridad en el campo de golf Trump International, donde el expresidente Trump estaba jugando al golf. Están aliviados de saber que está a salvo”, ha dicho la Casa Blanca en un comunicado: “Me han informado de que se han producido disparos cerca del expresidente Trump y su propiedad en Florida, y me alegro de que esté a salvo. La violencia no tiene cabida en Estados Unidos”, ha dicho en un mensaje adicional en sus redes Kamala Harris.
Información de El Mundo