Alexei Navalni falleció a los 47 años tras sufrir un colapso y perder el conocimiento en el penal del Círculo Polar Ártico donde cumplía una larga condena.
El líder era el opositor más célebre de Rusia y se dio a conocer hace más de 10 años por convertirse en el mayor crítico de Vladimir Putin y denunciar la corrupción a gran escala.
El Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamalo-Nenets dijo en un comunicado que Navalni “se sentía mal” después de un paseo por la colonia penal IK-3 en Kharp, a unos mil 900 kilómetros al noreste de Moscú.
Además, el organismo dijo que el ruso perdió el conocimiento casi de inmediato.
“El personal médico de la institución acudió inmediatamente y llamó a una ambulancia. Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, que no dieron resultados positivos.
Los médicos de la ambulancia constataron la muerte del preso. Se están estableciendo las causas de la muerte”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el presidente de Rusia fue informado de la muerte del opositor.
Esposa de Navalni: Putin pagará por lo que ha hecho a mi marido
La esposa del líder opositor Alexéi Navalni, Yulia Navalnaya, dijo hoy que el presidente Vladímir Putin y su entorno “pagarán” por la muerte de su marido en una prisión ártica de Rusia.
“Son noticias terribles que nos llegan, noticias que solo recibimos de medios oficialistas. Desde hace muchos años (…) no podemos creer ni a Putin ni a su Gobierno. Mienten constantemente.
Pero si esto es verdad, quisiera que sepan Putin y todo su entorno -su Gobierno, sus amigos- que serán castigados por lo que han hecho con nuestro país, mi familia y mi esposo”, dijo Navalnaya.
“Serán llevados a la justicia y ese día llegará pronto”, insistió en una breve declaración en la Conferencia de Seguridad en Múnich, donde recibió el apoyo en forma de aplausos de los asistentes.
Navalnaya hizo un llamamiento a la comunidad internacional y a todas las personas en el mundo para pedirles unidad en la lucha contra el “mal” que representa Vladímir Putin.
“Debemos unirnos y luchar contra este mal. Debemos luchar contra este horrible régimen en Rusia. Este régimen y Vladímir Putin deben ser personalmente responsables de todas las atrocidades que han cometido en nuestro país en los últimos años”.
En diciembre pasado, Alexéi Navalni fue trasladado desde una cárcel en la región de Vladímir, a menos de 200 kilómetros de Moscú, hasta una prisión en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales, donde falleció, según los servicios penitenciarios.
Navalni fue condenado en Rusia en un proceso calificado de políticamente motivado cuando regresó junto a su esposa a Rusia en 2021 de Berlín, donde se había recuperado de un envenenamiento el año anterior a manos del Servicio Federal de Seguridad, según sus aliados.
El pasado 7 de diciembre, Navalni pidió desde la cárcel votar contra Putin en las elecciones del 17 de marzo de 2024.
La reacción del Kremlin tras el fallecimiento del líder opositor
El portavoz aunque aclaró que el Kremlin no tiene más información sobre la causa de muerte.
Navalny se descompensó tras un paseo el viernes y perdió el conocimiento, explicó en un comunicado el Servicio Penitenciario Federal de la prisión en la que estaba cumpliendo una pena de 19 años por “extremismo”.
Los médicos que llegaron a la colonia penal donde cumplía su condena intentaron reanimarlo, pero murió.
“Los médicos tienen que aclarar [el motivo de la muerte]”, añadió el vocero del Kremlin poco después de que los servicios penitenciarios confirmaron la muerte del conocido opositor.
Peskov precisó que el Servicio Penitenciario ruso se encarga ahora de llevar a cabo las comprobaciones necesarias en estos casos, lo que no requiere emitir “instrucciones adicionales”. “Hay un conjunto de reglas por el que se guían”, zanjó.
El Comité de Instrucción de Rusia informó hoy que ha iniciado una investigación, “de acuerdo con el procedimiento establecido por la ley” para establecer las circunstancias de la muerte.
Por su parte el presidente Vladimir Putin estaba participando en una sesión televisada de preguntas y respuestas con estudiantes y trabajadores industriales en una fábrica en la región de Chelyabinsk en los Urales cuando se conoció la noticia, según informó The New York Times. Hasta el momento, no ha comentado sobre la muerte de Navalny.
Líderes mundiales responsabilizan al Kremlin por la muerte del líder opositor.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, dijo en una conferencia de prensa junto al canciller alemán Olaf Scholz que “Putin debe rendir cuentas por la muerte de Navalny”.
“Pero ahora sabemos exactamente qué tipo de régimen es éste”, acotó Scholz y añadió: “Y es algo terrible, también como señal de cómo ha cambiado Rusia.
Después de los esperanzadores acontecimientos que desgraciadamente tuvieron lugar hace mucho tiempo y que iban en dirección de la democracia, ya no es una democracia”.
La Unión Europea también responsabilizó al “régimen ruso” de la muerte de Navalny, según afirmó este viernes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Rusia tendrá que responder a “serias preguntas”, indicó por su parte el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
A lo largo de 12 años, Navalny, que durante un tiempo fue muy próximo al nacionalismo, se consolidó como el detractor número uno de Putin y de su “partido de ladrones y estafadores”, como solía describirlo.
Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones de oposición, en 2011 y 2012, que finalmente fueron reprimidas. En 2013, quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad.
Navalny, acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó en los años 2010 una notoriedad en internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en video virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.
Por el contrario, Vladimir Putin se negaba incluso a pronunciar su nombre.
En agosto de 2020 Navalny fue envenenado en Siberia y casi pierde la vida. Luego fue trasladado a un hospital en Alemania en donde recibió tratamiento. El gobierno ruso fue acusado por estar detrás de ese episodio.
Sin embargo, el Kremlin negó haber intentado matarlo y dijo que no había evidencia de envenenamiento.
Agencias AFP, AP y DPA