Sofía Castro, hija de Angélica Rivera, dijo que siempre quiso ser actriz y nunca dudó en “tocar puertas”.
Sin embargo, cuando su mamá se convirtió en primera dama de México fue complicado.
“Tuve un desbalance emocional y profesional, dudé si era capaz de tener una carrera”, relató.
Durante una entrevista con Yordi Rosado, la actriz habló sobre varios temas, uno de ellos fue su etapa como integrante de la familia presidencial durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN).
“No tuvieron piedad el cómo me agredieron, lo que decían. Él eligió ponerse en esa posición, pero los hijos no. A mí me destrozaron”.
Según cuenta, ella tuvo una infancia muy “Disney”, sus papás eran muy cariñosos, pero en la primaria sufrió bullying y pese al divorcio de ambos se llevaban bien, luego conformó otra familia que no esperaba.
Un día, su mamá comenzó a recibir flores, les dijo que les iba a presentar a Enrique, cuando era gobernador del Estado de México.
“Me dice mi hermana Fernanda: ‘estamos en un problema, no vamos a poder hacer lo de Juego de gemelas, es gobernador, él fue increíble, se portó muy bien con nosotras”, relató a Yordi Rosado.
En el sexenio de EPN, Sofía dice que vivió una situación muy complicada.
“Nadie te explica lo que significa ser parte de la familia presidencial… Fue un shock de decir ‘es el presidente, mi mamá es primera dama’”.
Ella en ese entonces tenía 15 años y tenía planeado seguir con su carrera como actriz, pero también tenía responsabilidades.
“Nos cambiamos de casa y mi papá, mi mamá, Enrique, hablaron con nosotros sobre que era una responsabilidad muy grande”.
“Nos dijeron lo que implicaba, lo que se tenía que ser, que era una posición de mucha responsabilidad, prudencia. Y que nos cuidáramos de la gente que se nos iba a acercar… Sí fuimos una familia, lo más fuerte terminando fue que dijeran que no lo fuimos”.
Sofía Castro considera que fue muy difícil para su carrera porque era una figura pública debido a la actuación y al estar relacionada con Peña Nieto le preguntaban de todo: “a mí me agarraron de vocera”.
Incluso a los 17 años, El Gordo De Molina la persiguió en una ceremonia de los Grammy para preguntarle temas de política.
“Una situación que me pasó en Las Vegas fue muy fea… Hasta la fecha no puedo ver la entrevista”.
La actriz afirmó que tiene capturas de pantalla de todos los comentarios que le hacían, desde que le deseaban la muerte, le decían cosas sobre su cuerpo y hasta tuvo problemas alimenticios.
“Aguantamos vara, la gente fue fea… Me costó mi autoestima, que me cerraran tantas puertas”.
“Sí hubo oportunidades y experiencias únicas, pero en la política es blanco o es negro, no es gris”.
Incluso ella ya no quería salir ni ser actriz porque había muchas críticas: “Me destrozaron… No me podía ver al espejo. No me quería. Me afectó mucho la crítica”.
Sofía dice que se encontró con gente “muy interesada”, que no la volvió a buscar luego de que terminó el sexenio:
“Deja muchas secuelas, muchos traumas, inseguridades, en las que tienes que trabajar todos los días”.
“Hay veces que necesito el reconocimiento y validez de todo el mundo. Confiar en mí me ha costado mucho trabajo, recuperar mi autoestima”.
A Peña Nieto, Sofía dice que le tiene “cariño y respeto”, y recuerda momentos buenos de esa época, como ayudarle a su mamá con asuntos del DIF.
El divorcio de Peña Nieto y Angélica Rivera dice que fue muy difícil para ella: “me dolió más que el divorcio de mis papás”
“Mi papá siempre va a ser mi papá, pero aquí fue una separación drástica”.
Información de El Financiero