El IAA, con sede en Granada (sur de España), anunció este miércoles la localización de este nuevo planeta en torno a la estrella enana roja LP791-18, situada a tan solo 90 años luz de distancia.
Se suma al descubrimiento de la supertierra LP791-18b, de tipo rocoso y con una masa un 20% mayor que la de la Tierra, y el minineptuno LP791-18c, un planeta gaseoso con unas nueve veces la masa terrestre.
La labor del IAA sirve para descubrir este tercer planeta de tipo terrestre, LP791-18d, cuya órbita en torno a la estrella lo acerca peligrosamente al minineptuno, lo que produce una interacción gravitatoria que deforma ligeramente el planeta recién hallado y calienta su interior.
Estos datos han hecho pensar que posiblemente presente una actividad volcánica generalizada a lo largo de su superficie.
“El planeta LP791-18d muestra lo que se conoce como acoplamiento de marea, lo que significa que el mismo lado mira constantemente a su estrella”, explica el investigador de la Universidad de Montreal que dirige el estudio, Björn Benneke.
El lado diurno probablemente se halla demasiado caliente para que exista agua líquida en la superficie, pero la cantidad de actividad volcánica que los investigadores creen que tiene el planeta podrían sostener una atmósfera y permitir que el agua se condense en el lado nocturno.
Durante cada órbita, el minineptuno c y el planeta terrestre pasan muy cerca uno del otro, lo que produce un tirón gravitacional del primero sobre el segundo y deformaciones en su órbita que pueden crear suficiente fricción interna para calentar el interior del planeta y producir actividad volcánica.
“Mientras el equipo de la Universidad de Montreal analizaba observaciones con el telescopio Spitzer (NASA), nuestro equipo descubrió la señal correspondiente al planeta LP791-18 utilizando un software propio de búsqueda de planetas”, señala el investigador del IAA-CSIC que participa en el trabajo Francisco J. Pozuelos.
Añade además que al procesar los datos del telescopio espacial TESS, el algoritmo del centro andaluz detectó la señal, que había pasado desapercibida, lo que sirvió para comenzar una campaña de observación con telescopios terrestres de la red SPECULOOS.
“El planeta c ya ha sido aprobado para su observación con el telescopio espacial James Webb, recientemente lanzado, y creemos que el planeta d también es un candidato excepcional para los estudios atmosféricos”, concluye Pozuelos.
Información de Forbes México