Hermosillo, Sonora.- Alberca, salón de eventos, varias canchas de tenis y de raquetbol, establecimientos como salón de belleza y spa eran algunas de las amenidades del Club Britania de Hermosillo, lugar que desde hace más de diez años está en ruinas.
Ubicado en una zona privilegiada al norte de la ciudad, rodeado por fraccionamientos como Sabinos, Bretaña, La Paloma y El Dorado que a principios de los años noventa eran de los más nuevos y con mayor plusvalía, el Club Britania se posicionó como uno de los centros deportivos más importantes de la ciudad.
Como un lugar “sólo para gente de gran estilo, el club deportivo y social que hace familia” se anunciaba en El Imparcial en 1993, donde también aparecían las imágenes que evidenciaban la popularidad el lugar que era sede de importantes eventos corporativos y torneos principalmente de tenis.
Sin embargo tras varios años de auge el lugar cayó en declive, pues la existencia de otros sitios del mismo giro -como la apertura del Club de Golf Los Lagos- fomentaron que la demanda cayera.
Pese a que el lugar cambió de administración y hasta de nombre como “Sports Club” a principios de la década del 2000 el lugar terminó cerrando definitivamente, por lo que el inmueble, la alberca y todas las áreas donde se ubican las canchas deportivas quedaron abandonados.
La soledad, la falta de luz y en un principio la ausencia de vigilantes dio pie a que ingresaran personas, tanto como curiosos como “graffiteros” que realizaron pintas en absolutamente todo el lugar.
Actualmente desde la alberca, el área que era el salón de fiestas y las paredes externas e interiores se encuentran rayadas, los vidrios lucen quebrados y donde eran las canchas es terreno despoblado.
Un tiempo hubo robos
Vicky Ramírez, vecina del fraccionamiento El Dorado —colonia que comparte barda con el Club Britania— recordó cómo fueron los años siguientes a que el complejo deportivo quedó abandonado:
“Aquí en El Dorado donde vivo yo hubo una temporada en donde se empezaron a meter a robar, se nos hacía raro porque aquí es muy seguro, pero habían hecho un hoyo en la reja y buscaban en todas las casas, también nos abrían los carros”, comentó la residente.
Actualmente hay vigilancia constante
Para Ana Isabel Jerez, habitante del fraccionamiento Bretaña que se localiza junto al club abandonado, explicó que cuando se mudó el lugar aún funcionaba y al momento de cerrar no han tenido ningún problema salvo la contaminación visual.
“Mantienen vigilancia constante y permanente en el inmueble, en ese sentido no nos podemos quejar, sin embargo ya te imaginarás como afea el entorno”, comentó la mujer.
Fernando Escobosa Güereña, otro de los residentes de Bretaña, también llegó a vivir ahí cuando el club funcionaba y recuerda que era una zona muy bonita.
“Actualmente da muy mal aspecto, pero tiene su guardia y su vigilancia”, dijo el vecino.
Sugieren fraccionamientos o área verde
Ana Isabel Jerez comentó que lo mejor que podría pasar es que el lugar se vendiera como fraccionamientos, pues han surgido otras colonias como Puerta de Hierro y La Rioja Norte.
“No me lo imagino otra vez como un club, si se fraccionara a nosotros nos beneficiaría porque no tendríamos el flujo de tráfico que genera un club, entonces un complejo habitacional sería una excelente opción”, recalcó la vecina.
Fernando Escobosa Güereña coincide sobre la importancia de rescatar la zona.
“Me gustaría que ya no fuera un club, que fueran fraccionamientos, que hubiera movimiento, un área verde estaría bien pero es más difícil, ojalá que se haga algo ahí”, dijo.