“todo tiene su tiempo”
Dependiendo de las circunstancias, del momento en el que nos encontramos, como están nuestras emociones y si se nos presenta una situación no muy agradable, siempre tenemos dos opciones, o nos enojamos o nos tranquilizamos.
Por las estructuras y enfoques generados hasta este momento para nuestra humanidad, la transferencia de información donde participan entre otros la educación, la cultura, la socialización mal dirigida, es más fácil reaccionar con enojo que mantenerse en paz.
De pronto escuchamos que nos dicen, saca el enojo, no te quedes con él. Lo cual es una buena opción, ya que tampoco podemos ir por la vida acumulando corajes.
Pero, también es necesario ponernos metas: cuanto tiempo vamos a durar sacando nuestro enojo. ¿no habrá otra manera de reaccionar?
Claro que vamos a tener desacuerdos, por supuesto que no tenemos que coincidir en todo con las demás personas que se cruzan en nuestro camino, o que nosotros nos cruzamos en el de ellas.
Que importante verlo desde las dos posiciones, no solo de mi necesidad, mi sentir, mi momento. Sino nuestra necesidad, nuestro sentir y nuestros momentos.
Esos desacuerdos son los que nos hace pulirnos, conocernos, hasta impulsarnos a buscar mejores alternativas en la vida. Válgame Dios, si somos mucho más que esto.
Vemos así, un incidente que puede tener tiempo que ocurrió y seguir atorados en ese punto y no terminar de liberarnos y seguir así acumulando malos momentos; porque aún cuando esos momentos pudieron tener un final feliz, terminan contaminándose con lo que traemos.
Por eso es necesario canalizar nuestra energía hacia un área positiva, un área donde nos genere paz, tranquilidad, bienestar, seguridad y por supuesto que si: control y poder hacia nosotros mismos.
Esto es más sencillo de lo que nos han enseñado. Solo ocupamos utilizar una técnica y realizar repeticiones cada día. Esta técnica se llama meditación.
La Meditación nos va a ayudar a ubicarnos en el momento presente, sin concesiones ni juicios.
Y consiste en tomar consciencia de la amplitud del mundo en el que nos encontramos ubicándonos aquí y ahora, concentrándonos en este momento, en el cual no existe nada más que tu mismo.
Inténtalo, usa tu respiración para equilibrar-intercambiar, tomar-soltar, fluir-liberar y vivir en paz.
Dijo Lao Tzu “El mejor guerrero nunca está enojado”