Constantemente escuchamos a personas hablar de su felicidad en el pasado o en el futuro, como si fuera algo que solo se puede recordar o imaginar.
Encontrándonos con un montón de escusas, si escusas “que postergan” la felicidad en nuestras vidas.
Por lo que escuchamos: yo voy a ser feliz cuando crezca, voy a ser feliz cuando no dependa de papa o mama, voy a ser feliz cuando termine la secundaria, la preparatoria o la universidad, voy a ser feliz cuando encuentre trabajo, voy a ser feliz cuando encuentre novia o novio, voy a ser feliz cuando me case, voy a ser feliz cuando tenga hijos, voy a ser feliz cuando mis hijos crezcan, voy a ser feliz cuando terminen sus estudios, voy a ser feliz cuando se casen mis hijos, voy a ser feliz cuando mis hijos tengan hijos, etc.
También escuchamos voy a ser feliz cuando tenga mi casita (así lo decimos en diminutivo además), cuando tenga unos pesos en el banco (que no sabemos ni para que los queremos, pero los queremos) y así se pasa la vida, así consumimos nuestro tiempo.
Ocupamos darnos cuenta que la felicidad es un estado que nos genera bienestar.
Un estado que podemos percibir muy fácilmente, ya que su principal expresión es a través de gestos faciales que se expresan hasta en una sonrisa, pero también hay una percepción por los canales vibratorios, canales energéticos, donde hay una expresión que se percibe y transmite directamente a los demás.
Es muy fácil darnos cuenta en que estado se encuentran las personas a nuestro alrededor, se expresa, se transpira y hasta gusto nos da estar cerca de alguien así.
Por lo que hemos aprendido a dar significado a los gestos, a posturas, a movimientos de manos, etc. Cuando una persona se encuentra con un “buen estado de ánimo” contenta, optimista, feliz; o por el contrario se encuentra triste, decaído, deprimido, hasta decimos esta enojada o que mal vibrosa digo yo.
Muy importante hablar del tema hoy, cuando mas frecuentemente escuchamos como la vida nos obliga a cambiar hábitos de todo tipo: alimenticios, de estilos de vida, de formas de pensamientos, de relaciones con nuestra esencia, nuestro yo, nuestra parte Divina.
Porqué limitarnos si podemos disfrutar lo que tenemos y lo que queremos. Si podemos ser y estar felices por el puro gusto y placer que genera la felicidad.
¿Por qué si no estas feliz, como estás?
Así que para ser feliz ocupamos voluntad, recordemos que existen dos neurotransmisores relacionados con la felicidad: la dopamina y serotonina; por lo que hay que empezar por encontrar lo mas sencillo, lo que tenemos mas cerca, que tenemos al alcance y es “el valor de lo que genera en nosotros”, en nuestro organismo, el estado de bienestar, de gozo, armonía, de la paz que nos generamos el sentirnos de buen humor, tranquilos, sin estrés.
Ayudándonos a estar mucho mejor de lo que hoy estamos, mejorando nuestra salud, nuestras relaciones intra personales, pero también inter personales (ya hablaremos del tema porque a veces nos sacan la vuelta)
“Recordemos que damos lo que tenemos, pero también recibimos lo que damos”.