Columna Contra las cuerdas
Violencia del crimen organizado en el norte del país en contra de migrantes y una nueva afluencia de indocumentados en la frontera norte, buena parte niños, agrava los problemas de la migración en el hemisferio y pone a prueba la nueva relación de México con Estados Unidos.
El gobierno de Trump en su momento implementó una política ejecutada por el gobierno de López Obrador que sirvió como dique a EEUU por el uso de la fuerza excesiva en contra de los migrantes, pero los migrantes solo pospusieron su objetivo de cruzar la frontera sin papeles a la Unión Americana en busca de una vida mejor.
Hace unos días los cadáveres de los 16 migrantes guatemaltecos que murieron calcinados en enero en una masacre en Tamaulipas llegaron al país centroamericano, donde se decretaron tres días de luto por un caso que reabre el debate respecto a los peligros en nuestro país de las rutas migratorias hacia Estados Unidos.
López Obrador dijo que en su gobierno no hay corrupción ni impunidad y que 12 agentes policíacos enfrentan cargos y el Instituto Nacional de Migración cesó a 8 de sus agentes. También aseguró que Tamaulipas es muy peligroso por la presencia del crimen organizado, que es mejor no pasar por esa zona, e hizo un llamado a los jóvenes que forman parte de esas bandas para que se integren al programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Eso no ataca de fondo las raíces del problema. México no tiene políticas públicas para afrontar la situación que pasa en territorio nacional y menos una de responsabilidades compartidas para enfrentar el problema global.
Al drama se suman las impactantes imágenes recientes de niños migrantes en el lado mexicano buscando cruzar la frontera o de menores acurrucados en el sueño bajo mantas de aluminio en habitaciones improvisadas llenas de gente en un centro de detención de indocumentados en Texas.
Como candidato presidencial, Biden dijo que daría un giro a la política migratoria de su antecesor y se comprometió a reformar el sistema migratorio estadunidense contemplada a gestionar poco a poco la llegada de personas.
Este martes, una delegación estadunidense de alto nivel, encabezada por Roberta Jacobson, visitará la cancillería mexicana para reunirse con Roberto Velasco Álvarez, encargado de dirigir la política para América del Norte. La enviada especial de Joe Biden para atender los temas de la frontera, así como Ricardo Zúñiga, encargado de los asuntos del Triángulo Norte de Centroamérica y Juan González, director para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad, para buscar soluciones a la crisis derivadas de las caravanas migratorias.
Migración es uno de los seis temas importantes que hay en la agenda bilateral México-Estados Unidos, junto con cooperación contra la pandemia, cooperación para el desarrollo, seguridad, cambio climático y comercio. El énfasis que pretende darle la Cancillería, de acuerdo con fuentes oficiales, es plantear la necesidad de reducir la migración desde sus causas estructurales, esto es para la promoción del desarrollo en Centroamérica.
México apuesta al desarrollo del triángulo norte de Centroamérica y el sur de México, pues las fuerzas estructurales que empujan la migración son el contexto económico y social: la pobreza persiste, la desigualdad es extrema, las brechas de desigualdad laboral y juvenil son de las más extremas del mundo y la inversión social es insuficiente, no hay oportunidades para ganarse la vida trabajando.
Esos son algunos puntos de un informe, que al inicio de la administración de López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard encargó a la Cepal.
La ruta del lado mexicano está definida. Fue ignorada por el gobierno de Trump, quien impuso su política xenofóbica y el gobierno mexicano terminó ejecutándola. Al quedar vulnerable y débil frente a las negociaciones del nuevo tratado comercial internacional con Estados Unidos y Canadá, nuestros agentes de migración se convirtieron en la Bordel Patrol estadunidense. Ahora, la cancillería quiere retomar el estudio de la Cepal, desempolvar los resultados y propuestas para meterlos a la agenda que se construya con Biden.
El Sr de las vacunas falsas
El canciller Marcelo Ebrard, encargado de la compra de vacunas contra la covid-19 en todo el mundo, no tiene nada que aclarar sobre la detención en Campeche de un lote falso de vacunas Sputnik V. Aseguran en la cancillería el doctor Alfredo Gustavo Bueso, quien transportaba las cinco mil dosis falsas, en un avión privado, no es tío de la esposa de Ebrard nacida en Honduras. En la aeronave, según el SAT, se planeaba llegar al aeropuerto internacional de San Pedro Sula con dos hieleras con mil 155 frascos de la vacuna, equivalente a 5 mil 775 dosis ocultas entre refrescos y golosinas.
Uppercut: Un reporte de salud revela que se han reportado 12 mil 308 reacciones a la vacuna contra covid-19 que han tenido los pacientes. De ese total 11 mil 699 corresponden a la Pfizer, 419 al AstraZeneca, 93 a la Sputnik y 98 a Sinovac. Del total, únicamente 1 por ciento (97 pacientes) presentaron complicaciones graves relacionadas a la aplicación del antígeno y solo 17 se encuentran hospitalizadas. En total se han aplicado poco más de 5 millones 612 mil dosis.