La Pizza del Perro Negro, una franquicia ‘chilanga’ que formó parte de la escena musical hermosillense desde el 2018. Cuando llegaron a la capital sonorense una de sus miras era contar con un escenario para los grupos o artistas.
Hoy tras 3 años, la marca anuncia que cerrará sus puertas en su única sucursal hermosillense, sin motivo explícito por la decisión. La publicación dice “¡Estuvo perro mientras duró! ¡Muchas gracias a toda la jauría de Hermosillo”…
No se sabe cuánto tiempo durará cerrado el lugar, los hermosillenses ya publican en redes que extrañarán sus distintivas llenadoras pizzas, con las que buscan dar #MuerteALaPizzaFalsa, su lema.
En redes, los usuarios se mostraron desanimados por la noticia y piden que se les espere para poder ir a comer e inclusive preguntan qué va pasar con el espacio para que los artistas se presenten.
Entre el personal, parte de los eventos, se encuentra al productor musical Felipe García; organizó bastantes ‘gigs’ (toquines) e invitó a talentos externos para también presentarse en el desierto.
Antes de que las pizzas se mudaran al Parque La Ruina, se ubicaban en Calle Guerrero 9, Col. Centro, donde se le llamó “La Capilla de los Muertos” al sótano del lugar y ahí tocaron bandas locales como Sgt. Papers, Nunca Jamás, Lapis Laser, Los Cretinos Desleales, Señor Kino y otras más.
También llegaron nacionales e internacionales gracias a que se realizaban grabaciones para las bandas visitantes. Se llevaba a cabo algún festival o concierto masivo, se mostraba “la onda sonora” entre la escena musical, tal como “la avanzada regia” en el caso de Monterrey, Nuevo León.
Algunas de las foráneas que se pueden mencionar son el cuarteto de ‘heavy psych’ (psicodelia pesada), Ecstatic Vision de Filadelfia, Pensilvania, y la banda de rock, Elis Paprika & The Black Pilgrims desde Guadalajara, Jalisco
La franquicia nació en Ciudad de México y gracias a varios músicos locales han logrado una buena unión, que al tiempo se reflejó y apreció como impulso en Hermosillo para destacar el trabajo, y hasta el estado.
Además de la música promueven la cultura ‘skate’ y BMX, otro motivo por el que se ligó el ‘bowl’ (tazón) que ahora se encuentra en el Parque La Ruina.
Que se cierre indefinidamente el restaurante y escenario, más allá de verse como la pausa de un comercio con pizzas diferentes, significa también que ahora se resta un espacio para presentar no solo a músicos, sino escritores, pintores y más artistas urbanos.