Si bien cada año es diferente, este 2020 fue un año distinto a los anteriores, entre miedos por la pandemia, cierre de negocios y dificultades económicas, llegamos llegar hoy a decir “¡llegó el año nuevo!”, “¡llegó el año 2021!”.
Cuenta una leyenda Cherokee que todos tenemos dos lobos en el interior, uno blanco y uno negro, que constantemente están luchando por ganar la batalla dentro de cada uno de nosotros, ¿Cuál lobo ganará?, esa no es la cuestión, ambos forman parte de cada uno de nosotros y ganará el que uno alimente más.
La leyenda señala que el lobo negro está enfadado y lleno de ira, hay envidia, orgullo y ego sin límite, el cual muchas veces pelea sin razón, guiado por la rabia ante el más mínimo contratiempo.
El otro es un lobo blanco, rebosa amor, paz y perdón, hay bondad, humildad, empatía y compasión hacia si mismo y hacia los demás. A este lobo no le gusta combatir, solo lo hace cuando necesita cuidarse a sí mismo o a los demás.
El relato incluye un dialogo entre un joven y un anciano. El joven pregunta ¿Cómo es posible que ambos lobos vivan juntos? y el anciano le contesta que estos lobos aunque luchen entre ellos, se necesitan el uno al otro, cada uno tiene una finalidad y cualidades que son precisas para vivir.
El lobo negro tiene astucia, agudeza, capacidad estratégica y se defiende muy bien en la oscuridad.
El lobo blanco nos muestra un lado más pacífico de las cosas, lleno de amor y compasión para dar, tiene una mirada limpia de todo cuanto le rodea.
Si solamente alimentamos al negro seremos incapaces de disfrutar de la vida y las personas que nos rodean y nos convertiremos en personas irascibles y llenas de furia.
Por otro lado, si tan solo alimentamos al blanco corremos el riesgo de quedar desprotegidos ante las amenazas, sin capacidad de reacción.
Por lo tanto, alimentemos ambos lobos, ya que son necesarios dependiendo de la ocasión, para mantener el equilibrio, la paz y armonía.
Iniciando el año 2021, es necesario tener en cuenta esta polaridad. Tener claridad para vivir desde el equilibrio, reconociendo ambos lados y utilizándolos adecuadamente para el momento que sea necesario, asegurándonos que sea el momento adecuado y no quedarnos anclados en ese lado.
Tenemos en nuestras manos el año 2021, el lienzo está en blanco, ¿Qué colores le pondremos?, ¿Qué colores va llevar?, ¿Qué nos mueve?, ¿Qué nos inspira?.
Dejemos que nuestra alma guíe nuestro caminar, respiremos profundo, conectemos con nuestra parte Divina.
Estamos en el campo de las infinitas posibilidades, no te limites, permítete SER, bienvenido el nuevo año.
“Que ningún viento haga naufragar nuestra barca”.