El avance de la segunda ola del Covid-19 en Europa está llevando a algunos Gobiernos a tomar nuevas medidas para frenar la expansión del virus. Así, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este miércoles un nuevo confinamiento nacional, menos estricto que el impuesto en marzo, para intentar frenar la expansión de la pandemia de coronavirus por el país. Hace falta dar “un frenazo brutal a los contagios” para evitar el colapso de los hospitales, afirmó Macron en una declaración televisada a la nación.
“El virus circula en Francia a una velocidad que ni los más pesimistas vaticinaban”, ha explicado el presidente galo después de anunciar que en las últimas 24 horas se han registrado casi 70.000. Mas de la mitad de la capacidad de las UCIs está ya ocupada y el martes, el país superó los 500 fallecidos. De no actuar ahora, ha afirmado Macron, “los médicos tendrán que elegir entre un paciente de un accidente y uno de Covid”.
En este nuevo confinamiento, las escuelas seguirán abiertas y se generalizará de nuevo el teletrabajo y las visitas a residencias de ancianos y centros de dependencia estarán autorizadas. Las fábricas, las explotaciones agrícolas y las obras públicas seguirán funcionando. La economía no debe pararse ni hundirse”, afirmó. Entre los comercios y establecimientos “no esenciales” que deberán cerrar están incluidos los bares y los restaurantes.
Las fronteras interiores de Francia en el espacio europeo seguirán abiertas “y, salvo excepción, las exteriores se mantendrán cerradas”, aunque los franceses en el extranjero podrán volver al país y se efectuarán test rápidos a todos los viajeros que lleguen al país.
La medida estará vigente “como mínimo” hasta el 1 de diciembre aunque el presidente galo ha subrayado que será revisada cada dos semanas y en caso de que la situación haya mejorado, se estudiará la reapertura de algunos de los comercios considerados no esenciales, aunque también se podrían endurecer las restricciones si la evolución de la pandemia empeora.
Macron ha hecho este anuncio tras dos reuniones de su gabinete ministerial de crisis y después de que el primer ministro, Jean Castex, reuniera ayer a las fuerzas políticas parlamentarias, a asociaciones de alcaldes y a los interlocutores sociales. El jefe del Gobierno consideró “indispensable” adoptar nuevas medidas, menos de dos semanas después de que se decretara un toque de queda a dos tercios de la población que no ha conseguido detener el avance de los contagios.
“Tenemos que movilizar a la representación nacional y al conjunto del país”, dijo en la red social Twitter Castex, que aseguró que el jueves defenderá el plan para frenar el virus en las dos cámaras legislativas.
Alemania
La canciller alemana, Angela Merkel, y los poderes regionales, acordaron hoy el cierre en noviembre de bares y restaurantes, así como el ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados, aunque mantendrá abierta, mientras sea posible, la actividad escolar y el comercio.
Asimismo, se limitarán a mínimos los contactos sociales y reuniones, anunció la jefa del Gobierno, según la cual las restricciones entrarán en vigor el 2 de noviembre, con el objetivo de “evitar una emergencia sanitaria nacional”, ante el avance de la pandemia.
El acuerdo prevé compensar a las empresas afectadas por las pérdidas que se deriven del cierre, estimando ese volumen respecto a lo facturado el año anterior, para lo que se prevé una partida especial de 10.000 millones de euros.
“Se ha duplicado la cifra de nuevos contagios en una semana. Tenemos que actuar ahora”, afirmó Merkel, según la cual el alto número de nuevos contagios y el incremento exponencial de casos implica que no se pueden seguir convenientemente su rastreo.
La canciller admitió que no es posible actualmente conocer el origen del 75% de los nuevos contactos que se detectan.
El propósito del Ejecutivo es lo que en medios alemanes se ha denominado “romper la ola” (de nuevos contagios) para evitar los cierres de colegios, además de mantener en pie la vida comercial.
Será, por tanto, un cierre más leve que el decretado entre marzo y abril, en que sí quedó desactivada la vida comercial y escolar.
Las nuevas medidas se prolongarán cuatro semanas para posibilitar la reapertura y los encuentros familiares en las navidades.
Por lo pronto, las restricciones a las reuniones en lugares públicos significa que no podrán encontrarse más que diez personas, si no se trata de gente que convive en uno o dos hogares. Se recomienda, asimismo, evitar todo viaje no esencial, ni siquiera en el interior del país, o visitas familiares. Se prohíben estrictamente los desplazamientos turísticos nacionales.
La reunión de Merkel con los líderes regionales se produjo quince días después del último encuentro, en que apenas se alcanzó algún acuerdo vago. En Alemania, corresponde a los poderes regionales implementar lo acordado, de acuerdo a su criterio.
La elocuencia de las cifras
La conferencia, en formato virtual, de hoy, se celebró bajo el impacto de las crecientes cifras de nuevos contagios. Este miércoles se registró nuevo máximo diario de casi 15.000 nuevos positivos de Covid-19, cifra que hace un mes parecía impensable en un país donde se controló mejor que en otros socios europeos la primera ola.
El consenso se ha logrado pese a la resistencia inicial de los “Länder” con menos incidencia de contagios, los situados en el este del país. Entre las regiones más afectadas había también diferencias, ya que Baviera (sur) exigía actuaciones contundentes.
El Instituto Robert Koch (RKI) de virología reportó este miércoles 14.964 nuevos contagios de coronavirus, lo que representa un nuevo máximo desde el comienzo de la pandemia.
Desde entonces se han verificado en el país 463.157 casos de coronavirus, con un total de 10.284 víctimas mortales y 326.707 pacientes que superaron la enfermedad.
La incidencia media del país en siete días y 100.000 habitantes es de 99,1 contagios. A partir de 50 se entra en zona de riesgo, según el criterio del RKI.
Información tomada de cincodias.elpais.com