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martes, abril 16, 2024

Padres burlones

Dr. Félix Higuera
Médico Psiquiatra. Servicios público federal y estatal desde 1993 a la fecha ocupando cargos directivos en Salud Mental, Adicciones, Salud Mental Pública y subsecretaría de Servicios de Salud en Sonora. Actividades de asistencia clínica y social como coordinador médico en HR Entrenamiento Neuroconductual SC. Socio: Colegio de Psiquiatras de Sonora. Academia Americana de Psiquiatría. Y Psiquiatría Infantil. Asociación Psiquiátrica Mexicana. Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil

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Madres y padres de familia que se burlan de su hijo puede ocasionarle serias consecuencias emocionales y conductuales. El ejercicio de la crianza lleva implícita la necesidad de ejercer disciplina y control sobre los hijos, la consistencia y el modo en que se administra la crianza serán orientadores para saber si uno o ambos padres están ejerciendo sobre control y modos inapropiados de ejercer la parentalidad, tal como burlarse de algún gesto, expresión o respuesta a una instrucción. Adultos que incurren en este tipo de  tratos con sus hijos, necesitan desarrollar advertencia de sí mismos sobre su capacidad para criarlos, verificar si sus expectativas son realistas y justas para dar cuenta que está maltratando al menor. Todo adulto que demuestra la facultad de autoanalizarse y percatarse de su mala práctica, puede extinguir cualquier expresión intimidatoria y agresiva para ofrecer trato cordial y respetuoso que el hijo necesita y merece.
Podrían decir algunos papás que, en su caso ejercen la autoridad por la costumbre aprendida de sus familias de origen, o bien validar el trato intimidatorio para que aprenda a resistir y tolerar. No todos los niños o jóvenes desarrollan estas habilidades en el tiempo en que los papas esperan y con técnicas inapropiadas. Hay que recordar que desde la llegada de las redes sociales, la exposición al bullying y otros tipos de maltrato, se han incrementado exponencialmente. En su mayoría las victimas permanecen en el anonimato, por las características propias de la intimidación y quien la ejerce.
Si el adulto ya ha cometido el error de burlarse de su hijo, puede aprender de la situación incómoda o desagradable y buscar la manera de convertirla en una experiencia positiva y productiva. Es el paso más importante para recuperar la confianza y resolver los miedos y vergüenzas que el hijo sufre al ser humillado, burlado o amenazado, por la persona más importante de su vida.
En primer lugar, los adultos en casa necesitan considerar la etapa de desarrollo de su hijo: estatura, peso, apariencia física, hábitos, fortalezas, limitaciones, modo de hablar, tono de voz, ropa y accesorios, estilo de carácter y comportamiento, modo en que responde a las presiones de la vida cotidiana y el grado de dificultad para enfrentar los errores y malos tratos. Si su hijo se distingue del resto sus hermanos o compañeros de su misma edad, por alguna de estas características, se encuentra en alto riesgo de ser víctima de burlas.
Si opta por la burla hacia su hijo para que mejore, resuelva o aprenda a enfrentar situaciones; Alerta con esto, su buena intención puede convertirse en maltrato y desarrollar en su hijo; resentimiento, desprecio, odio y la posibilidad que el menor invierta el rol, expresando conductas provocadoras y oposicionistas contra quien esté ejerciendo el maltrato. Es importante verificar si es normal o anormal sus actitudes hacia su hijo. Necesita saber de forma explícita: “que es lo que usted no tolera de su hijo, y que es lo que su hijo no tolera de usted”, y ponerse en su lugar cuando le está expresando burlas de manera repetida y frente a los hermanos o incluso frente a personas desconocidas.
Comprométase a parar las burlas hacia su hijo y encontrar maneras saludables para comunicarse con él. Comience por determinar por qué usted insiste en maltratar a su hijo. Verifique si es ésta su manera de adquirir poder familiar o social, o es tal vez su temperamento difícil, o tiene la falsa creencia que la carrilla ayudará a que su hijo desarrolle habilidades para defenderse. Una vez que encuentre la causa por la cual maltrata a su hijo, puede ser que se sienta culpable y arrepentido. Si eso ocurre, es buena señal, pues es probable que deje de burlarse de sus hijos de manera definitiva. Si no siente remordimiento después de maltratar a su hijo, puede ser que tenga un problema grave de personalidad.
Establezca un plan para ayudar a su hijo a reparar el daño emocional causado por sus burlas. Demuéstrele respeto y amabilidad, reestablezca una comunicación clara y directa de forma accesible y tranquila, que inspire confianza para que ayude a eliminar el reproche y mejorará la autoestima. Reconozca que es lo que su pareja e hijos esperan de usted, respecto a los modos de expresar y entender el chiste, sarcasmo o la burla. Su familia reconocerá de inmediato su cambio de actitud y su intención de convivir sanamente.
Procure modelar sus actitudes y comportamientos positivos que enseñen a su hijo cómo portarse mejor (predicar con el ejemplo). Reflexione sobre el modo en que usted se lleva con otros adultos dentro y fuera de su hogar. Haga cambios en sus acciones, si su hijo no está aprendiendo a tratar a los demás con respeto al verlo a usted. Haga su mejor esfuerzo para modelar siendo respetuoso, comunicarse de manera empática mientras evita comportamientos burlones, intimidatorios, abusivos. Dedique tiempo específico para conocer mejor a su hijo. Conozca acerca de cómo su hijo prefiere pasar su tiempo libre con la familia. Indague con quién convive en la escuela y en las redes sociales, y que tipo de video-juegos son de su preferencia. En qué actividades deportivas está involucrado, para ser participe. Enfocar la relación padres-hijo a un mejor medio ambiente, que se dirija a sus intereses y talentos.
Los padres necesitan desarrollar conciencia, que cuando burlan o intimidan, están haciendo daño no sólo al hijo(a), sino también a los integrantes de la familia que son testigos de sus acciones e incluso propiciando temor e inseguridad en los demás. Padres que intimidan a sus hijos en repetidas ocasiones pueden empeorar su enojo, frustración y conflictos con otros adultos y tienen más probabilidades de ser denunciados por violencia intrafamiliar. Puede iniciar con lo más importante, reconocer que usted es una persona maltratadora de sus hijos. Su decisión de acabar con las burlas traerá un alivio inmediato en los seres que más aprecia.

Aviso

La opinión del autor(a) en esta columna no representa la postura, ideología, pensamiento ni valores de Proyecto Puente. Nuestros colaboradores son libres de escribir lo que deseen y está abierto el derecho de réplica a cualquier aclaración.

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