-Anuncio-
jueves, abril 18, 2024

Hablar de lo que quiero escribir

Relacionadas

- Advertisement -

Es lunes por la tarde y apenas empiezo con mi entrega para este espacio, con la que sufro y gozo por igual. En el primer caso porque continúo con mis problemas de inspiración -realmente son de decisión, lo explico más adelante-, y en el segundo, porque no existe forma más dignificante de atención o manera más atenta de escuchar, que conceder tiempo a la lectura de ideas ajenas.
Reciba mi sincero agradecimiento usted y todo aquél que se acerque, así se retracte después de la primera oración. Verá, vivo mi vida pensando que la atención es un ejercicio menospreciado y devaluado en las relaciones sociales.
Mi generación de-estigmatizó el acto de pagar para ser escuchados por especialistas de la salud psicoemocional, y si alguien de verdad no contaba un solo amigo, o dejémonos de exigencias, los que no tenían un solo interlocutor en el mundo terminaron incursionando en el yoga y la meditación, dos formas de atención autosuficientes.
Siendo así, quienes escribimos sin tener algo significativo que aportar, en realidad mendigamos atención gratuita. Pero no todo es tan lúgubre; a veces el azar se configura para que dos o más individuos con intereses compartidos se encuentren, y tan solo un concepto, una idea, un nombre bien acomodado en el texto nos haga sentir identificados. La conversación empieza, otra vez, en forma de lectura.
Ahora explico lo del sufrimiento que deriva de la falta de inspiración, porque fui inexacto. La verdad es que desde mi entrega anterior hasta el día de hoy, no empecé a trabajar algo porque asumí que hablaría sobre “Why civil resistance works? The strategic logic of nonviolent conflict” de Erica Chenoweth y Maria J. Stpehan, que por puro ocio había estado repasando en la semana.
El libro está orientado al mundo académico y su lenguaje es técnico; sostiene la tesis de que los “actores políticos contenciosos” que llevan a cabo campañas no violentas, tienen casi el doble de probabilidad de éxito en la consecución de sus reivindicaciones. En sentido contrario, campañas que hacen uso de violencia tienen menor probabilidad de éxito.
Para llegar a sus conclusiones realizaron un estudio cuantitativo en el que lograron analizar 323 campañas de resistencia violenta y no violenta, desde el año de 1900 hasta 2006; además de considerar diversas variables teóricas para explicar por qué la no violencia logra concitar el éxito, pero no es mi intención detenerme en el tema del libro.
Más bien pensaba en hablar de él ya que una de las primeras tablas de que se apoyan para desarrollar su estudio, enlista las 25 Campañas de Resistencia Más Concurridas entre 1900-2006, y en la posición número 5 aparece nada más y nada menos que México, con una campaña registrada en 2006; concurrencia de un millón de personas, objetivo “Calderón Regime” (así en el original), de tipo “no violenta” y con un resultado de “fracaso” que 12 años después podemos corregir en futuras reediciones, cambiándolo por éxito.
El dato llamó mi atención por diversas e innumerables razones; una de ellas relacionada con esa ingenua opinión popular e inexperta que suele acusar las estrategias del gobierno como beligerantes y polarizantes, sea en el discurso o en los hechos. La verdad es que una manifestación nutrida por un millón de personas que posteriormente se materializó en 30 millones de votos por el mismo candidato, más que reflejar polarización constata el clásico sesgo casuístico de que el caso particular es representativo de la sociedad.
También me pareció interesante que en los libros técnicos el de Calderón es un régimen que está siendo registrado como uno al que le fue disputado el Poder y la legitimidad desde el ámbito no institucional; y más importante, que el repertorio estratégico utilizado por los oponentes es reconocido por los expertos como desobediencia civil, y por antonomasia, “no violenta”.
Me emocioné tanto que seguí leyendo diversos pasajes subrayados y sentí que lo que leía guardaba una tremenda relación con el presente político mexicano, que muchas ideas podían aplicarse por analogía a algunos eventos específicos.
Las académicas señalan que una variable que incrementa la probabilidad de éxito son los “Cambios de lealtad”; en la medida que los adversarios del gobierno sean capaces de incidir en la lealtad y los intereses de quienes trabajan en las instituciones sociales dominantes, se incrementan las oportunidades de éxito de los oponentes. Cuando López Obrador declara que no va a permitir que se cometa un fraude electoral le está hablando a 30 millones de personas que cuando las ponen a decidir prefieren populismo a corrupción. Aquí el Peje actúa como oposición.
Por el contrario en el INE no hay consenso. Tenemos a Murayama, representando la opción fundamentalista de que la corrupción “no se nota y no hay porqué detenerse”, el resto de los actores que juegan según las reglas del sistema en turno y Lorenzo Córdova, quien normalmente jugaría con las reglas del sistema, pero habiendo sido cómplice de los fundamentalistas, la deslealtad al sistema en que creció y fue educado le significa grandes costos; le resulta tan difícil ceder a la presión de la sociedad civil que prefiere poner en riesgo su prestigio.
Además, Córdova parece ignorar que el ciudadano promedio es proclive al comportamiento institucional cuando no enfrenta costos por comportarse según las reglas. El diferendo de Lorenzo germina de una política salarial con la que no está de acuerdo, razón por la que decidió convertir la discrepancia en un asunto de autonomía, demostrando que no respeta la razón de Estado ni la autoridad del Ejecutivo que fue elegido por 30 millones de electores; mientras que él fue elegido por un pequeño grupo de legisladores para desarrollar una tarea procedimental no sustantiva, mientras que el Estado debe observar por el interés público.
En fin que todas esa cosas pensaba mientras leía y cuando me senté a escribir, decidí que no quería hablar del libro, que era mejor escribir sobre otra cosa, pero no sabía de qué, así que decidí tomar “El arte de la ficción” de James Salter y la primera frase con la que me encuentro dice “a veces escribo un poco acerca de lo que me propongo escribir, unas palabras que abran el camino, y que quizá incluso decida incluir, pero todo está en suspenso”.
Por eso lector, le digo que no es falta de inspiración lo que me tiene escribiendo a última hora, sino falta de decisión. No era mi intención hablar de “Why civil resistance works?” hasta que tuve que mencionarla para hablarle de otro tema que ya olvidé.

Aviso

La opinión del autor(a) en esta columna no representa la postura, ideología, pensamiento ni valores de Proyecto Puente. Nuestros colaboradores son libres de escribir lo que deseen y está abierto el derecho de réplica a cualquier aclaración.

- Advertisement -

Opinión

¿Hicieron trampa?: Arrestan a jóvenes por jugar UNO en la calle (VIDEO)

En redes sociales se viralizó la detención de unos jóvenes mientras jugaban UNO, en el Estado de México, y...

TikTok inicia pruebas con Notes, el nuevo rival de Instagram

TikTok Notes reveló que están a la espera de “las primeras etapas de experimentación” de la aplicación enfocada en...
- Advertisement -