Dread Scott y el arte como revolución histórica

Hay veces en las que me cuesta creer en las casualidades. Hay veces en que me gustaría poder creer que todo esta escrito, que hay un destino y que sólo hay que recorrerlo. Las casualidades son accidentes, al fin; accidentes que tienen consecuencias terribles en ocasiones. Otras veces, las casualidades pueden ser también accidentes muy hermosos. A veces me gustaría poder creer en un dios.
Me gustaría creer que no es casualidad que el mismo día en el que me invitaron a hablar sobre poesía mexicana en la Universidad de Luisiana en Lafayette, el artista negro Dread Scott fuera a dar una conferencia cerca del campus. Me gustaría creer que no es casualidad que mi amigo y colega Henk Rossouw, que escribe precisamente sobre las tensiones raciales en su natal Sudáfrica desde el apartheid, me llevara a escuchar esa conferencia justo ese día. Pero todo esto fue casualidad, un mero accidente que desemboca hoy en este texto sobre uno de los artistas negros más importantes de los Estados Unidos y con quien tuve la oportunidad de platicar por lo menos unos minutos el año pasado.
Dread Scott (que toma su nombre artístico de uno de los primeros esclavos negros que demandaron al gobierno norteamericano para asumir legalmente su ciudadanía en 1857, Dred Scott), tuvo su primera controversia en 1989. Aún siendo estudiante del Art Institute of Chicago, Scott montó la instalación titulada What is the Proper Way to Display the U.S. Flag? (¿Cuál es la forma correcta de montar/usar la bandera de los EEUU?). La instalación consistía en un fotomontaje pegado sobre una pared blanca, el cual consiste de una foto de estudiantes surcoreanos quemando la bandera y con pancartas en las que se lee “Yankee go home son of bitch” y debajo una foto de los ataúdes de soldados norteamericanos envueltos en la bandera dentro de un avión militar. Debajo del montaje, una repisa sostiene un cuaderno en blanco y varios bolígrafos. En el suelo, una bandera norteamericana de 1 x 1.5 metros.

La provocación de la obra es que invita a la audiencia a responder la pregunta que se lee sobre el fotomontaje: ¿Cuál es la forma correcta de mostrar/usar la bandera? Para hacerlo, hay que pisar la bandera, acercarse al cuaderno y escribir la respuesta con uno de los bolígrafos. La crítica de Scott, directa y pura hacia el simbolismo patriótico de un Estado eternamente en guerra y con un chauvinismo aparentemente incuestionable, causó una polémica que se sintió a nivel nacional. El entonces presidente George Bush Sr. se pronunció al respecto al decir que le parecía una obra “disgraceful (vergonzosa)”, como publicó el Chicago Sun-Times el 16 de marzo de 1989. El senado, poco después, pasó una ley que buscaba prohibir mostrar o colocar la bandera en el suelo, independientemente de la intención. Esto resultó en una contrademanda en la que se comprobó que quemar o mostrar la bandera o usarla de cualquier forma es un derecho constitucional protegido (libertad de expresión).
La carrera de Scott ha estado marcada por producir arte político y controversial. En específico, se trata de contradecir una narrativa de Estado que se cae a pedazos cuando sus andamiajes simbólicos se revelan. El arte de Dread Scott es, pues, una forma de revolución histórica que busca volver a narrar la manera en la que la nación se ha construido a sí misma. Otro ejemplo que muestra la continuidad de la brutalidad policiaca es la instalación urbana titulada “Sign of the Times (Señal de nuestro tiempo)”. Consiste en una señal de tránsito en la que se lee “Danger Police in area (Peligro Policía en el área)”.

Scott montó la instalación en Brooklyn, justo en la intersección donde cinco días antes Floyd Quinones fue asesinado por un policía. Esto sucedió en abril de 2003 y la obra duró montada sólo 8 horas. La policía la removió del lugar durante la noche.
Más recientemente, en 2018, Scott exhibió la obra “#WHILEBLACK”, que consiste en dos recuadros de fondo negro en donde se leen las etiquetas que normalmente se usan en Twitter. Del lado izquierdo, podemos leer actividades cotidianas seguidas de #whileblack (#siendonegro(a)). Actividades como nadar, ir a un Starbucks, tomar la siesta, comer, correr, jugar basquetbol, escuchar música, ir de compras, entre otras. Estas etiquetas son sólo algunas que la comunidad negra en EEUU ha usado en Twitter y otras redes sociales para evidenciar las diferencias cotidianas entre razas, el privilegio de ser de tez blanca en un país como este. Del lado derecho, Scott escribe las equivalencias, una especie de traducción de los impulsos y deseos de la comunidad, lo que realmente piensan en la cotianidad:
#QuererMatarGenteBlancaSiendoNegro, #QuererQuemarloTodoSiendoNegro, #QuererMudarseASaturnoSiendoNegro, #QuererGolpearMuchosNazisSiendoNegro, #QuererSaquearSiendoNegro, #QuererTenerPoderSiendoNegro, #QuererSerLibreSiendoNegro, entre muchos otros.

Lo que quiero recalcar hoy es que el arte como activismo político funciona más allá de los museos y las galerías. En un ambiente de tensión como en el que nos encontramos, me parece muy necesario comenzar a pensar y a escribir sobre estos trabajos y la forma en la que nos interpelan.
Para leer y saber más sobre Dread Scott, recomiendo sobre todo la reciente puesta en escena de una protesta armada de esclavos en Louisiana, que sucedió el año pasado. Puedes consultarlo (en inglés), aquí: https://www.dreadscott.net/portfolio_page/slave-rebellion-reenactment/