A pesar de ser acusado de corrupción, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encamina este martes a una victoria convincente en las elecciones legislativas, quedando en posición de fuerza para formar el próximo gobierno y encarar su proceso.
Con el 90% de los votos escrutados hasta el martes por la mañana por la Comisión Electoral, el Likud (derecha) de Netanyahu obtiene el 29.3% contra el 26.3% para la formación centrista Azul-Blanco de su principal rival, el exgeneral Benny Gantz.
En el sistema israelí, ese resultado se traduce en alrededor de 36 escaños para el Likud, contra 32 para el partido de Gantz.
Con sus aliados de la derecha radical y los partidos judíos ultraortodoxos, el Likud podría sumar 59 escaños, o sea que quedaría a dos de los 61 de la mayoría parlamentaria, según los pronósticos.
“Pronto encontraremos en el otro bloque los votos faltantes”, afirmó el portavoz del Likud, Jonathan Urich, en la radio del ejército.
“Estamos ya en contacto con varios diputados del otro bando”, aseguró.
Netanyahu, de 70 años, jefe de gobierno más perenne de la historia del país, con 14 años en el poder, celebró en la noche del lunes haber obtenido “la victoria más importante de su vida”, ante una multitud de partidarios reunidos en Tel Aviv que lo recibieron con vítores, al grito de “Bibi rey de Israel”.
Si el Likud consigue más de 35 escaños, será su mejor resultado bajo el liderazgo de Netanyahu, quien se beneficia además de la buena racha de la derecha en general.
“Es una victoria… contra todo pronóstico, y pese a quienes predijeron el final de la era de Netanyahu”, agregó el primer ministro, acusado de corrupción y cuyo proceso comenzará el 17 de marzo.
“Una vez más, la mayoría del electorado expresó su inmensa desconfianza frente a la justicia”, consideró el editorialista Amnon Lord, en el diario de derecha Israel Hayom.
“Netanyahu hace mucho tiempo que se habría marchado” si los israelíes atribuyeran importancia de los cargos que se le imputan, corrupción, malversación y abuso de confianza, según Lord.
Sin embargo, en la mañana del martes, el Tribunal Supremo israelí recibió una petición del “Movimiento por un Gobierno de calidad” contra la posible designación por el presidente Reuven Rivlin de Netanyahu para formar un gabinete.
“Un acusado de corrupción, malversación y abuso de confianza no puede asumir la tarea de formar un gobierno. Un hombre como él no puede servir de modelo y ser primer ministro”, destaca este movimiento.
‘ÚNICA SOLUCIÓN LÓGICA’
Estas fueron las terceras legislativas en menos de un año. Tras las elecciones de abril y septiembre, Netanyahu había fracasado en formar un gobierno de unidad nacional.
Es por tanto “la única solución lógica” para salir del estancamiento en que se halla Israel desde hace casi un año, según el influyente comentarista político Ben Caspit, crítico del primer ministro.
Un gobierno de unidad podría permitir a Netanyahu “permanecer un año más en el poder y negociar (con el fiscal) en una posición cómoda”, escribe Caspit en las páginas del diario Maariv.
El primer ministro clama su inocencia y se dice víctima de una “cacería de brujas” de los servicios del Ministerio Público y de la prensa.
Los partidarios de Gantz esperaban una disputa muy cerrada.
“Respetamos la decisión de los electores”, declaró este martes el exjefe del Estado Mayor del Ejército, tras haber admitido en la noche del lunes que esperaba otro resultado.
Su partido Azul Blanco apostaba por el apoyo de los partidos de izquierdas, cuyos primeros resultados parecían bastante decepcionantes (6 o 7 escaños en total).
El líder de la izquierda, Amir Peretz, acusó a Gantz de haber llevado a cabo “una campaña irresponsable” que “ha socavado” a todo su bloque.
Gantz había endurecido el tono contra la Lista unida de los partidos árabes israelíes, unos aliados potenciales que en septiembre causaron una gran sorpresa al quedar en tercer puesto y podrían esta vez alcanzar 15 escaños, un récord.
Información tomada de www.excelsior.com.mx