Un estudio realizado por la Universidad de Oklahoma a más de 2.000 personas ha valorado la relación entre la religión y el tipo de mascotas que eligen los propietarios en Estados Unidos (EE.UU).
El estudio ha sido publicado en el ‘Journal for the scientific study of religion’, y ha sido llevado a cabo por el investigador Samuel Perry, que decidió hacerlo porque, bajo su punto de vista, la gente busca en la religión sensaciones y emociones similares a las que produce tener animales de compañía. Además, el 60% de los estadounidenses tienen alguna mascota.
Para la elaboración del estudio, se basaron, entre otros, en los datos de la Encuesta Social General de 2018 de Estados Unidos, con los que examinaron las preferencias religiosas de los propietarios de mascotas, así como si se trataba de un gato o un perro, teniendo en cuenta los factores previamente asociados con la posesión de ciertas mascotas.
A pesar de que algunos estudios han explorado la personalidad y la correlación demográfica de la tenencia de mascotas, ninguno ha considerado si las preferencias religiosas pueden influir, no solo en la tenencia de mascotas, sino también en el tipo de mascota que poseen.
El investigador explica que aunque la tradición religiosa y la Biblia no hablan de forma explícita sobre la posesión de mascotas, las personas creyentes poseen menos mascotas si se comparan con las personas ateas.
Por tanto, según los datos que se manejan en este estudio, las personas que practican la religión más de una vez a la semana poseen de media 1,4 gatos, mientras que los no creyentes poseen de media 2 gatos por hogar.
“De alguna manera, las mascotas son sustitutos de la interacción humana” comentaba Perry, argumentando que aquellas personas con un vínculo muy fuerte con la iglesia, interactúan más socialmente. “Lo más notable que encontramos es la asociación negativa entre la asistencia al culto y la propiedad de un gato”, añadía este investigador.
De esta forma, y según las reflexiones de Samuel Perry “en la medida en que la tenencia de mascotas sea un sustituto parcial del vínculo humano y la interacción, los estadounidenses más profundamente arraigados dentro de una comunidad religiosa pueden tener menos necesidad (o tiempo) de mascotas en general, y específicamente mascotas como los gatos que son más independientes”.
Fuente: Animal´s Healt