Columna Pasión por los Negocios
Como usted sabe la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano entró de lleno en la fase final de su administración e incluso ya comienza a mandar señales de como podrá ser el proceso de selección de candidatos al interior de su partido, el PRI, etapa que se abrió con la reunión de Consejo Político Estatal que se realizó el pasado fin de semana en la que les advirtió a sus correligionarios que el 2021 no será para nada como el 2018 y que solo quienes la trabajen en serio podrán obtener una candidatura.
Por supuesto la gobernadora conoce del dudoso escenario que enfrenta su partido político y del muy complejo proceso que tendrán que competir los potenciales candidatos a alcaldes y diputados, además de quien aspire a ser gobernador por el otrora todopoderoso tricolor, por lo que les pide desde ahora hacer trabajo de campo, enseñar qué traen en la bola y no esperar que las posiciones les caigan del cielo, pues no hay garantías de nada frente a la aplanadora que enfrentarán con Morena y el muy probable candidato Alfonso Durazo Montaño, lo que representa un reto formidable.
No es que todo este perdido, de hecho creo que el PRI es el único partido con la capacidad de plantarle cara a la ola de la 4T en Sonora, luego de que hubo algunos fracasos como el intento de coalición legislativa y el triste papel de los diputados de Morena en el Congreso del Estado, además claro está de casos lamentables como las alcaldías de Guaymas y Navojoa, que en realidad no son de Morena, sino del PT pero que la gente identifica con la Coalición Juntos Haremos Historia e igual le endilgan esas administraciones a Morena.
Es por eso que ahora Claudia Pavlovich cobra una importancia estratégica para el PRI, pues la verdad es que se trata del único activo que tiene ese partido en la entidad, ya que la gobernadora contra lo que pudiera creerse conserva una buena imagen ante la opinión pública y los ciudadanos, y desde hoy se está convirtiendo en el factor que podrá llevar a ese partido político a recuperar parte del terreno perdido, dando la pelea por alcaldías (por ejemplo Guaymas y Navojoa) y por mejores posiciones en el Congreso del Estado, pues se da por sentado que sin la fuerza de un Andrés Manuel López Obrador como candidato y en especial con el desorden y pleito por el control de las instancias de mando y el seguro desgaste que traerá a los morenistas la designación de candidatos a alcaldes y diputados locales y federales, habrá espacio para la competencia.
Vamos el ejercicio del poder desgasta y aunque al gallo de Andrés Manuel no le han tumbado una sola pluma, pues en Sonora goza de índices de aprobación aún mejores que los de 71 por ciento que tiene a nivel nacional (en Sonora llega hasta el 78%), el hecho de que el presidente no aparezca en la boleta le resta gas a la aplanadora.
Yo no dudo que sí Morena postula a Alfonso Durazo Montaño como candidato tiene un triunfo casi garantizado y aunque falta tiempo y muchas cosas pueden ocurrir, hay quienes ya lo ven despachando en el Palacio de Gobierno. Sin embargo eso no es garantía de que quienes lo acompañen en ese empeño ganarán y así como hay flancos débiles en el sur, también hay plazas en el norte y en el centro del estado que están en duda y ya se maneja la idea de que Morena si tiene una campaña exitosa podrá ganar mayoría en el Congreso del Estado y algunos de los principales municipios, sin embargo nunca a niveles del 2018.
Cayeron en mis manos 2 encuestas sobre el posicionamiento y aceptación de la gobernadora Pavlovich, una de ellas de la casa encuestadora “México Elige” que la pone con 53.8% de aprobación y como la cuarta gobernante mejor evaluada, solo detrás de los gobernadores de Querétaro, Sinaloa y Baja California Sur; y otra más de Masive Caller que la tiene como la segunda gobernante estatal mejor evaluada del país con 55.3% de aprobación, solo detrás del vecino Quirino Ordaz Coppel de Sinaloa que tiene un 57.1% y arriba de los gobernadores panistas de Guanajuato y Yucatán, lo que hace ver el por qué del optimismo entre algunos priistas.
Y es que así de repente uno comienza a ver el segundo aire de Claudia Pavlovich tras esas cinco vueltas completas que le ha dado al estado, además de esa cercanía y empatía que tiene la gobernadora con López Obrador, relación que estoy seguro le ha rendido buenos dividendos a la jefa del ejecutivo estatal en sus niveles de aprobación y en su popularidad, pues igual le ha funcionado en Sinaloa al gobernador Quirino.
Así las cosas y pensando en los 19 meses que le quedan como gobernante y los 15 que faltan para las elecciones, a la gobernadora Claudia Pavlovich de repente comienzan a acomodársele las cosas y aunque ella sabe que las campañas serán brutales y que estarán llenas de contenido explosivo en contra de su gobierno, tal como lo asumió en reciente mensaje desde el Salón Gobernadores del Palacio de Gobierno, ella parece estar lista para enfrentar lo que se venga, defenderse y poner por delante su trayectoria política y su prestigio como principales herramientas.
De ella justamente depende el resurgimiento o fracaso de su partido y solamente ella puede ser el factor de unidad y disciplina que lleve al PRI a sobrevivir en esta que es la peor fase en su historia.
No olvidemos que el tricolor solo ganó Álamos como municipio importante en las elecciones del 2018 y que no obtuvo triunfo alguno en las diputaciones locales y federales, además de que la campaña por el Senado de Sylvana Beltrones y Manuel Ignacio Acosta fue un rotundo fracaso que hundió al tricolor y lo dejó como un lejano segundo lugar en la correlación de fuerzas políticas en Sonora.
Para el 2021 todavía hay que ver cómo funciona la ecuación, pero acuérdese de este escrito cuando usted se sienta sorprendido por un resurgimiento del PRI, que va a recuperar municipios y algunos distritos electorales.
