El Canal de Panamá vivió otro año con históricos bajos niveles de lluvias.
En su reporte actualizado sobre las precipitaciones en su cuenca hidrográfica durante 2019, la Autoridad del Canal (ACP) señaló que el año pasado fue el quinto más seco en siete décadas.
Ello reafirma las advertencias de las autoridades de que la mayor amenaza para la operación de la vía interoceánica, cuya demanda creció tras su ampliación en 2016, la representan los efectos del cambio climático en la cuenca.
“Con las nuevas esclusas la demanda de agua por parte del canal ha aumentado significativamente y por lo tanto será aún más difícil asegurar las operaciones y, a la vez, la disponibilidad de agua potable para las personas que (viven) en las áreas metropolitanas del canal”, señaló Steven Paton, director de la oficina de bioinformática del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
El canal es el motor de la economía de servicios de Panamá y mueve una buena porción del comercio marítimo mundial.
La ACP -el ente autónomo que opera la vía- detalló que 2019 concluyó con 2 mil 149 milímetros de precipitación, lo que representa un 20 por ciento menos que el promedio histórico de 2 mil 695 milímetros y que “lo ubica como el quinto más bajo de los últimos 70 años”.
“Las bajas lluvias de diciembre mantuvieron la tendencia del año, en el cual todos los meses del 2019 las lluvias en la cuenca fueron menores a su nivel histórico”, subrayó.
Desde el año 2000, refirió Paton en un correo electrónico enviado previamente a The Associated Press, “la cuenca del canal ha experimentado ocho de las 10 tormentas más grandes, el año más seco y los tres años seguidos más secos”.
La cuenca es una región que abarca unos 3 mil 313 kilómetros cuadrados con una intrincada red de ríos y quebradas que drenan a los lagos que abastecen la zanja interoceánica.
El informe se da pocos días después de que el país centroamericano celebrara los primeros 20 años desde que el canal fue traspasado por Estados Unidos a manos panameñas y el administrador Ricaurte Vásquez subrayara las amenazas del calentamiento climático.
En los primeros meses del año pasado, las autoridades canaleras tuvieron que poner en vigor restricciones de calado en la vía ampliada, lo que obligó a las embarcaciones gigantes a cruzar con menos carga debido a uno de los periodos secos más severos. Expertos del canal dijeron que es muy temprano para saber si en la presente estación sin lluvias se aplicarán nuevas restricciones, una medida que implicaría que el canal deje de percibir mayores ingresos.
El déficit de lluvias y una temperatura más alta han bajado los niveles en el principal lago artificial, Gatún, que permite la operación del canal y en otro más pequeño, Alajuela, que provee del líquido para consumo de casi la mitad de los cuatro millones de panameños.
“Debido al crecimiento de la población en el área del canal y el impacto de esas poblaciones… asegurar la calidad de agua en la cuenca es otro problema grande”, apuntó Paton.
Las autoridades del canal han anticipado que para mediados de año estarían terminados varios estudios sobre grandes proyectos para crear nuevos embalses o canalizar agua de otras fuentes a los lagos.
Canal de Panamá registra el quinto año con niveles más bajos de lluvias en siete décadas
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