El feedback o la retroalimentación entendida como un intercambio de opiniones y sugerencias sobre el desempeño y el comportamiento de los miembros de un equipo, es uno de los instrumentos más poderosos para lograr una comunicación fluida y constructiva. Sin embargo, a pesar de su importancia, muchas empresas siguen fallando en la implementación efectiva de la misma lo que afecta la motivación, el compromiso y, en última instancia, la productividad de los empleados.
Según un estudio realizado por Gallup, un 65% de los empleados afirma no recibir suficiente feedback o retroalimentación de su líder, lo que impacta directamente en su rendimiento. De igual manera, un informe de la empresa Zenger & Folkman revela que el 92% de los empleados consideran que el feedback frecuente y de calidad mejora su desempeño y satisfacción laboral.
Estos datos reflejan una necesidad urgente de cambiar la forma de gestionar la retroalimentación; desde su recurrencia, hasta las formas de interacturar y evidenciar las fortalezas y áreas de oportunidad. Porque el feedback no solo se trata de señalar áreas de mejora, sino también de reconocer logros y promover el crecimiento profesional.
Bajo un discurso asertivo el feedback permite identificar problemas a tiempo y tomar decisiones más acertadas sobre el futuro de su equipo. Esto demuestra que no solo los empleados se benefician de esta práctica, sino también los líderes, quienes logran tener un mejor control sobre el desempeño del equipo y pueden guiar de manera más objetiva.
Para que el feedback sea verdaderamente efectivo, es fundamental que los líderes y empleados reciban capacitación sobre cómo dar y recibir comentarios de manera adecuada. La formación en habilidades de comunicación, inteligencia emocional y liderazgo es esencial para crear una cultura que promueva este ejercicio.
Cuando este se utiliza correctamente, tiene el poder de transformar la comunicación entre empleados y líderes, mejorar el rendimiento, aumentar la satisfacción laboral y, en última instancia, contribuir al éxito organizacional.
Sin embargo, para que están practica sea funcional debe ser constante, clara, y equilibrada. Las empresas deben trabajar en crear un entorno donde la retroalimentación sea vista como una oportunidad para el crecimiento, no como una crítica destructiva. Solo así se logrará fortalecer la relación entre líderes y empleados, crear equipos más cohesionados y mejorar los resultados de negocio.
Aquí les comparto algunos consejos para realizar feedback o retroalimentación de manera efectiva: Aunque estas sesiones de retroalimentación uno a uno, deben ser lo más informales posibles, resulta conveniente dedicar algunos minutos a preparar la estructura de la reunión para así asegurarnos de que tratamos los temas principales.
Considera la siguiente:
1.- Programa, calendariza las sesiones.
2.- Revisa las metas establecidas en reuniones anteriores.
3.- Preguntas o temáticas clave:
Empezamos con: ¿Cómo estás tú? ¿Cómo está todo en casa? ¿Cómo estás con el equipo? ¿Cómo estás con la empresa?
- Precisión: Ejemplo concretos de lo que quieres señalar o reconocer.
- Logros representativos o actividades destacadas del mes.
- Acciones y actitudes que no fueron favorables. ¿Cómo crees que puedes darle la vuelta a esto?
- Terminamos con: ¿Cómo me ves a mí como líder? ¿Qué cosas puedo mejorar para que tu día a día sea más fácil? Nuevamente con ejemplos específicos.
4.- Al finalizar la sesión envía un resumen por escrito de los acuerdos y compromisos asumidos.