“Puede solicitar su Pensión del Bienestar”, respondió la presidenta Claudia Sheinbaum, después de que el expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari, revelara que actualmente se encuentra desempleado.
Esta semana, reapareció Salinas Gortari en redes sociales, donde declaró frente a la cámara que está desempleado, además de que no cuenta con su pensión de retiro por ser expresidente, ya que Andrés Manuel López Obrador decidió en su sexenio quitar “este lujo” a los exmandatarios del país.
“Me llamo Carlos Salinas de Gortari y soy desempleado (…) Pensionado ya no porque alguien nos quitó las pensiones”, reclamó en el video.
Ante esto, el expresidente, quien gobernó México de 1988 a 1994, confesó que se dedica a la investigación y reflexión sobre temas históricos; sin embargo, no brindó más detalles.
Por esta razón, la mandataria federal en su conferencia matutina recalcó que este privilegio no regresará a los exfuncionarios y aclaró que hasta el momento ningún expresidente ha exigido el regreso de su pensión. “Nadie ha solicitado su pensión, además no se la daríamos”, dijo.
Además, Sheinbaum aconsejó a Carlos Salinas y le propuso tramitar la Pensión del Bienestar, destinada para adultos mayores, aunque, dijo, tendría que regresar a vivir al país para recibir el beneficio de este programa social.
¿Qué expresidentes de México viven fuera del país?
Claudia Sheinbaum recordó que la mayoría de los exmandatarios viven fuera del país, como los casos de Peña Nieto, Felipe Calderón o Ernesto Zedillo: “Los demás viven en España. Zedillo vive en Estados Unidos, Calderón vive en España, Peña Nieto vive en España y Salinas de Gortari va y viene, no sé, no tengo información”.
Los únicos que residen en México, dijo, son Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox: “La mayoría, como hemos platicado, vive fuera de México, el único expresidente que vive es Fox (…) Bueno, Andrés Manuel que vive en Palenque y Fox que vive en Guanajuato, claro que no hay punto de comparación”.
Por último, destacó que en el pasado el Gobierno federal destinaba un gran presupuesto para mantener a los expresidentes de México, ya que cada uno recibía cerca de 5 millones de pesos mensuales.
