Con la pandemia del 2020 lo que era un beneficio o prestación exclusiva de algunas empresas, se convirtió en la única manera de sostener a las organizaciones: El trabajo remoto.
A partir de entonces, llegó para quedarse, y con él, nuevas dinámicas laborales que exigen muchas habilidades, especialmente las de autogestión. Lejos de la supervisión directa y de las estructuras tradicionales de oficina, los trabajadores remotos necesitan confiar en su capacidad para organizarse, priorizar tareas y mantenerse motivados. En ese sentido la autogestión se convierte no solo en una habilidad deseable, sino en una competencia esencial para mantener la productividad, el bienestar y el éxito profesional.
Cuando hablamos de autogestión nos referimos a la capacidad de tomar decisiones de manera independiente, planificar el día de manera efectiva y mantener la disciplina para cumplir con los objetivos planteados. A diferencia del entorno tradicional de oficina, donde la supervisión constante guía las actividades, en el trabajo remoto la responsabilidad recae completamente en el individuo.
Es por ello que el trabajo en línea no es para todos y tenemos que hacer las paces con ello, pero sobre todo ser responsables y autocríticos en ese sentido, la realidad es que, sin horarios estrictos, ni presencia física de un superior, el control sobre las tareas diarias recae principalmente en el trabajador. Y si este no es lo suficientemente responsable y comprometido tanta libertad puede hacerlo caer en la procrastinación o en el estrés de no saber cómo organizar el tiempo.
Ahora, si eres una persona que ya trabaja de manera remota y quiere mejorar su desempeño o bien, eres un colaborador que está por iniciar esta modalidad, te compartimos herramientas y estrategias que podrán ayudarte en esta dinámica:
- Establecimiento de metas claras: Definir qué se quiere lograr a corto y largo plazo es esencial para mantener la motivación. Utilizar metodologías como el método SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con límite de tiempo) o incluso la matriz Eisenhower.
- Planificación y priorización: Organizar las tareas de acuerdo con su urgencia y relevancia es fundamental. Usar herramientas como Trello o Asana permite gestionar proyectos, asignar plazos y visualizar el progreso de las tareas de manera efectiva.
- Bloques de tiempo: El uso de técnicas como la pomodoro, donde se trabaja durante intervalos de tiempo definidos (por ejemplo, 25 minutos de trabajo seguidos de 5 minutos de descanso), ayuda a evitar distracciones y a mantener altos niveles de concentración. Así mismo, trabajar bajo el principio de Pareto puede también ayudarte a trabajar de manera más planificada.
- Rituales y rutinas diarias: Establecer una rutina diaria, creará una estructura que simulará la jornada laboral convencional. Levantarse a la misma hora, vestirse adecuadamente, y separar espacios físicos para trabajar y descansar son prácticas que contribuyen a la autogestión.
- Comunicación efectiva: En un entorno remoto, la comunicación asíncrona y síncrona cobra mayor relevancia. Las videollamadas, los correos electrónicos y las herramientas de mensajería deben utilizarse de forma efectiva para mantenerse alineado con los objetivos del equipo y la empresa.
Finalmente es importante decir que la autogestión también está estrechamente ligada al autoconocimiento. Conocer nuestros ritmos de trabajo, nuestros momentos de mayor productividad y los factores que nos distraen es fundamental para optimizar el tiempo y alcanzar los objetivos de manera efectiva. Algunas personas son más productivas por la mañana, otras por la tarde; algunas prefieren trabajar en bloques largos, mientras que otras necesitan descansos frecuentes. La capacidad de adaptarse a estos patrones personales puede marcar la diferencia entre una jornada de trabajo exitosa y una que termina en frustración.
Además, el autoconocimiento implica la capacidad de identificar cuándo es necesario pedir ayuda o delegar tareas. En un entorno remoto, la habilidad de reconocer las propias limitaciones y pedir asistencia cuando es necesario es vital para evitar el agotamiento y mantener un rendimiento sostenible a largo plazo.