Una pareja recibirán una indemnización por soportar el olor de los gases de un perro que viajaba como vecino en un vuelo de primera clase.
Bill y Warren Press, de Nueva Zelandam, subieron a un viaje de 13 horas desde París a Singapur, hasta que se dieron cuenta de que un cruce bulldog tenía algunos problemas.
Fue en un momento cuando ya no soportaron el olor que solicitaron que los pasaran a clase turista.
Después de un buen tiempo negociando con la aerolínea Singapore Airlines, la pareja recibió mil 400 dólares como reparación del daño.
Sin embargo, donaron el dinero a una organización de perros guía en Nueva Zelanda.
Para rematar, los Press comentaron que en sus próximos vuelos quieren que les avisen si van a compartir espacio con algún animal.
“Espero bebés, espero niños. Pero no espero un perro”, dijo Gill.