La magnitud de la destrucción causada por los incendios forestales de Maui, en Hawái, fue catastrófica. Las autoridades advirtieron de que el número de fallecidos, que aumentó a 80, probablemente aumentaría y los equipos de búsqueda con perros rastreaban las ruinas calcinadas de Lahaina en busca de más víctimas.
Según la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), el costo de la reconstrucción de la histórica ciudad turística se estimó en 5 mil 500 millones de dólares, después de que las voraces llamas consumieran más de mil edificios y arrasaran casi toda la ciudad.
Las autoridades se comprometieron a examinar los sistemas de notificación de emergencias del estado después de que algunos residentes se preguntaran si se podría haber hecho más para advertir a la gente antes de que el fuego alcanzara sus hogares. Algunos se vieron obligados a vadear el océano Pacífico para escapar.
Las sirenas colocadas alrededor de la isla -destinadas a advertir de catástrofes naturales inminentes- nunca sonaron, y los cortes generalizados de electricidad y telefonía móvil dificultaron otras formas de alerta.
La fiscal general del estado, Anne Lopez, dijo que iba a iniciar una revisión de la toma de decisiones antes y durante el incendio, mientras que el gobernador Josh Green dijo a CNN que había autorizado una revisión de la respuesta de emergencia.
Información de Reuters